De acuerdo al informe de la Dinama, durante el semestre analizado la empresa había volcado al río 74 kilos de mercurio, lo que implica una descarga anual de 148 kilos de esta sustancia contaminante.
Dado que no existen estudios en Uruguay que digan qué ocurre con este mercurio liberado al ambiente por UPM, sí se sabe que éste eventualmente se deposita en el suelo y en el agua y una vez allí, los microorganismos lo transforman a metil-mercurio, que se bioacumula en las cadenas alimenticias, incluyendo a los peces.
Como resultado de la bioacumulación, ya se podría estar consumiendo este mercurio a través del pescado, alimento muy común para las poblaciones que habitan en la cercanía del río Uruguay.
El sistema de blanqueo ECF es contaminante y dentro de su contaminación está la emisión de muchos elementos peligrosos entre los que se encuentra el mercurio, reveló Diario El Argentino.
“Es un problema serio porque son metales, y por eso no se degradan, se bioacumulan, se bioconcentran y se biomagnifican, van a los sedimentos, se depositan en el plancton lo come un pez, y luego el hombre”, detalló el profesional a Radio Máxima.
Goldaracena explicó que “el mercurio es uno de los metales más tóxicos, en el fondo de los ríos se organifica, agrega a su molécula un componente orgánico que lo vuelve más tóxico y puede ser mejor absorbido por el organismo, al estar organificado llega mejor al cerebro y se produce una intoxicación, es un tóxico renal y cerebral”.
“Ya sabemos que el río tiene estrógenos alterados, residuos de dioxinas y ahora mercurio”, resumió Goldaracena, reconociendo que no consume pescado de río.
“Ya tenemos las alteraciones biológicas, y no hay ninguna duda. En cuatro o cinco años, el río no tendrá más vida. Y yo no sé si estos controles biológicos están incluidos en el plan de monitoreo. Mi preocupación es que se determinen parámetros que no son sustanciales al problema”, concluyó.
(Foto: Máxima On Line)