El comienzo del partido mostró a dos equipos cautelosos, que no arriesgaron nada. En ese panorama era Belgrano el que asumía la mayor responsabilidad por ser el local, aunque no preocupaba. Mientras, Unión no se metía atrás pero sí trataba de mostrarse ordenado y compacto, aunque parado en su campo.

Había más un panorama de “estudio” entre uno y otro cuando en la primera oportunidad seria el Pirata se puso en ventaja. Iban 12 minutos cuando llegó un pase profundo a espaldas de los defensores para César Pereyra, que arrancó en media cancha y se filtró entre los marcadores, le ganó en velocidad a la última línea tatengue y definió de manera extraordinaria ante la salida de Limia para poner el 1 a 0.

A los 18’ se aproximó Unión con un centro “venenoso” desde la izquierda que complicó a Olave, el arquero no pudo tomar la pelota y en el rebote el conjunto santafesino estuvo cerca. Pero la más clara fue a los 28’ cuando Mannara metió desde la derecha un centro pasado al segundo palo, por donde apareció el Flaco Quiroga absolutamente solo y le dio a la pelota como venía, aunque no la agarró de lleno y salió muy cerca.

A los 33’ Pereyra casi marca por segunda vez, cuando desde el piso trabó el despeje de un defensor de Unión y Limia tomó el rebote que tenía destino de red. Y en el final, a los 45’, el local volvió a avisar con un remate de Vázquez desde el vértice del área, luego de un error de un defensor que falló al querer despejar.

Eso fue lo último de un primer tiempo que tuvo en Belgrano al dominador de las acciones. No abundaron situaciones de gol, pero el local ganaba bien tras haber aprovechado la situación más clara en la etapa inicial. En tanto, Unión apenas tuvo una ráfaga de dos o tres llegadas cerca de la media hora, pero no mostró mucho más que eso.

En los primeros minutos del segundo tiempo la cosa no era muy diferente de lo que ya se había visto, por eso a los 8’ Kudelka tiró toda la carne al asador y metió los tres cambios juntos, como para tratar de dar un golpe futbolístico y anímico brusco, para hacer reaccionar a sus jugadores.

Y en el juego le dio resultado, porque Unión empezó a aproximarse con más riesgo (a los 12’ Zárate estuvo cerca con una media vuelta al borde del área chica), se adueñó del trámite del medio campo y hasta hizo amonestar a dos jugadores locales que recurrieron a faltas para tratar de frenar el envión del rojiblanco.

Claro que eso también tenía sus riesgos, porque el Tate ahora defendía con tres y los espacios eran mayores para el local, que sabía que de contra podía volver a golpear.

Con el paso de los minutos el Pirata logró bajar un poco el ritmo de juego, lo que le convenía porque hacía correr el reloj. Mientras, Unión desesperaba. Recién a los 27’ el rojiblanco volvió a avisar con un disparo de Soto Torres desde fuera del área.

Pero a los 29’ el dueño de casa golpeó otra vez. Desde un lateral la pelota le llegó a Pereyra y este puso un centro al segundo palo, desde donde el recién ingresado Andrizzi metió un cabezazo para poner el 2 a 0. Todo, ante la atenta mirada y la pasividad de los defensores, que no marcaron a ninguno de los dos protagonistas de la jugada.

Sin embargo, el rojiblanco respondió con rapidez: a los 31’ Rosales tomó un rebote dentro del área chica y definió de un toque ante Olave para volver a quedar a un gol (2-1) y tratar de alcanzar la igualdad, da cuenta El Litoral.

Y lo que parecía tan difícil llegó cuatro minutos después tras una gran jugada de Quiroga por la derecha: el delantero desbordó y metió un centro perfecto al corazón del área para que Velázquez, absolutamente solo, cabeceara al gol. Una reacción notable de un equipo golpeado que seis minutos atrás perdía 2 a 0.

Con ese envión anímico los de Kudelka se fueron por el triunfo, aprovechando también que Belgrano acusó el golpe de los dos goles.

Pero el Celeste tenía guardado un cartucho más y lo usó a los 41’, cuando tras un centro rasante que cruzó toda el área y nadie tocó, Andrizzi quiso definir pero le dio mal a la pelota y el rebote le cayó a Pereyra, que casi sobre la línea sólo tuvo que empujar la pelota para volver a poner arriba a su equipo.

Esto fue determinante. Todavía quedaban algunos minutos por delante para tratar de llevarse un punto (valioso más desde lo anímico que desde lo matemático), pero en el cierre Unión perdió la cabeza y sufrió cuatro expulsiones en pocos minutos: a los 43’ Vidal por una doble amonestación, a los 47’ Fioretto, a los 49’ Soto Torres y a los 50’ Velázquez, los tres por roja directa.

Así, al equipo de la Avenida sólo le queda esperar que San Martín de San Juan no sume (o al menos que no gane), como para mantener la diferencia. Eso es lo único bueno que puede pasar.