En el primer tiempo ambos conjuntos tuvieron cierta ambición en los últimos metros, pero fue el Lobo el que logró desnivelar. La visita apretaba con las intenciones de Mauricio Sperdutti y un mediocampo sólido en la recuperación, mientras que en el local se destacaba Juan Neira en asociación con Guillermo Barros Schelotto.

Sperdutti fue el primero en avisar con un cabezazo desviado y luego con un disparo sin puntería, mientras que Claudio Bieler se lo perdió en un rebote. Neira, por su parte, amenazó con un tiro alto y, a los 33 avanzó recostado sobre la izquierda, mandó el centro pasado y el Mellizo, cara a cara con Sebastián Peratta, sacó un remate mordido que sirvió para descolocar al arquero y batirlo por sobre su cuerpo.

El complemento fue todo lucha y asperezas en el mediocampo hasta su cuarto de hora final. Allí empezaron las discusiones cuando Carlos Maglio cobró una mano de Abel Masuero en el área frente a un remate del ingresado Lorenzo Faravelli, cuando lo más probable era que el defensor, que para colmo se ganó la segunda amarilla en la acción, había saltado con los brazos arriba para cubrirse ante un disparo a escasa distancia y la pelota le pegó en la axila. ¿Nuevo candidato a los indultos de la AFA?

Después, a los 30, Rolando Schiavi convirtió desde los 12 pasos con un remate a la derecha de Fernando Monetti. Los de Javier Torrente aprovecharon entonces los ánimos cada vez más exaltados del lado de los de Ángel Cappa (y, por supuesto, del propio DT), siguieron buscando y amenazaron con un tiro libre de Sperdutti, quien a los 36 se metió al área por la izquierda, habilitó a Bieler y éste definió por sobre el arquero para el segundo.

La dilapidación del resultado que atesoraba el platense hizo estallar a sus hinchas, que empezaron a romper su propio estadio forzando los alambrados y al juez a frenar el pleito. Fueron diez minutos después de los cuales Peratta debió entrar en acción para ahogar una pelota parada de Neira. Y no pasó nada más.

Gimnasia pagó carísimo no haber intentado cerrar el partido mientras se podía y se quedó con las manos vacías para acumular ya seis presentaciones sin alegrías. Newell´s, en cambio, sonreía después de nueve encuentros, aunque sin sobrarle demasiado, publica TyC Sports.