En declaraciones al programa A quien corresponda (Radio De la Plaza), “Videla murió sin revelar las cosas que sabía, como son los lugares donde están los cuerpos de los compañeros y los chicos de los que se apropiaron”.
En ese sentido, indicó: “Él sabía que sus condiciones materiales de existencia de vida no iban a modificarse en nada y por eso decidió que no iba a decir nada más. Sabía que ningún gobierno lo iba a dejar en libertad”.
Luego se refirió a la relación que lo unía a Monseñor Adolfo Servando Tortolo: “Él cura visitaba a los presos políticos y les decía que el general era un hombre piadoso y que había esperar de él las mejores realizaciones”.
Por otra parte, también se refirió a sus vínculos con el represor Juan Carlos Ricardo Trimarco: “Da la sensación de que era uno de sus mejores alumnos. No fue igual la relación con (Emilio) Massera, porque él era la expresión de un poder inmoral y corrupto. Videla era un atormentado, pensaba que estaba en una cruzada y que podía exterminar a los infieles. Eso era lo más peligroso y dañino. Lo de Massera era una conveniencia personal. Podía matar y también perdonar las vidas según su conveniencia”.
Finalmente, dijo que la imagen más atemorizante de Videla es “cuando habla que los desaparecidos no están ni vivos ni muertos, sino, justamente desaparecidos. Es algo aterrador de la forma en que lo decía”.