“En nuestro primer prólogo del libro decíamos que quien conozca toda la historia va a tener un impacto por toda la perversidad que sufrieron estos chicos y quizás pueda recuperarse o quizás no. Esa es nuestra fatalidad y nuestro privilegio”, manifestó el periodista en declaraciones al programa A quien corresponda (Radio De la Plata).
Recordó que junto a Seoane empezaron a investigar el hecho “en la Navidad de 1985 y a mí me tocó toda la parte de los represores, el rol de los jefes directivos y los responsables directos del cautiverio, tortura y asesinato de los chicos”.
“Pudimos reconstruir, a través de testimonios, desde su nacimiento hasta su secuestro. Hubo algunos datos que quedaron sin completar, como en toda investigación, pero está muy detallado en general”, explicó.
Subrayó que “más allá de que hubo otros episodios parecidos, la Noche de los Lápices va a quedar marcado como uno de los peores hechos de perversión y muerte. Es un caso que para mí no tiene la característica de ningún otro, porque es algo que quedó marcado para todos los argentinos”.
En ese sentido añadió: “Cuando robaban bebés se los daban en adopción a familias, cuando secuestraban y mataban eran a adultos grandes, pero en este caso no se le encuentra explicación a que hayan hecho eso con chicos de 16 ó 17 años”.
“No sólo el libro impacta, la película que se hizo basada en esa historia también refleja lo sucedido esa trágica noche. Recuerdo cuando la pasaron por Canal 9, unos años después de estrenada en el cine, tuvo 63 puntos de rating. Además se dio mucho en los colegios. El argumento es tan brutal que impacta de una manera única”, concluyó.