La tarde transcurría tranquila para Gladis Esther Destri, de 76 años, y para su esposo Eduardo Antonio Yuri, de 81. Faltaba aún para las 19. Ella seguía con atención un programa de televisión y sabía que su esposo, como era ya una vieja costumbre, se quedaba en el garaje, al lado de su viejo Ford Taunus amarillo, con una hoja de la puerta abierta, dedicado a realizar sus faenas y de a ratos a leer.
De repente, en la casa que habitan en calle San Martín al 139 de Paraná, entre Mitre y Malvinas, les tocó vivir una experiencia que los colocó al límite entre la vida y la muerte. Fue cuando un grupo de asaltantes irrumpió violentamente. Pero cuando ya sus fuerzas empezaban a flaquear, un equipo especial de la Policía de Entre Ríos ingresó casi cinematográficamente poniéndolos a resguardo. Los delincuentes, viéndose sobrepasados intentaron huir, pero fueron alcanzados a una cuadra de distancia y fueron rodeados, siendo detenidos inmediatamente.
Víctimas
Mientras Gladis permanecía sentada en una silla, reponiéndose del violento hecho, narró a El Diario lo sucedido. “Yo estaba mirando televisión y me asomo porque siento que corrieron la puerta del garaje. Sabía que mi marido estaba ahí, pero estaba tranquilo, leyendo y me pregunté que estará haciendo este hombre, o sea mi marido. De repente ví entrar a uno (de los asaltantes) encapuchado. Yo me puse en alerta, pero cuando acordé, los tenía a todos arriba, en la habitación. Uno me tiró contra la cama y me apoyó una rodilla en el pecho, me ataron con cintas, con cables, con todo lo que te puedas imaginar. Mirá, en un ratito todo lo que hicieron: a mi marido lo golpearon en la cara y lo dejaron muy mal. Yo no sé qué santo estuvo de guardia que permitió que alguien llamara a la policía y de repente los tenía a todos en la casa”, dijo.
“Nos golpearon, nos azotaron, rompieron la cama, todo en un ratito. Estaban los tres en el dormitorio y cuando sintieron que entraba la policía uno de ellos saltó para atrás, para el fondo. Parece, por lo que me comentaron, que una chica que vive al lado lo vio pasar por la ventana y llamó a la policía”, continuó.
“Pedían con insistencia que le diéramos la plata, y cada vez más violencia, pero no alcanzaron a llevarse nada. Pero acá hubo algo raro, sabían que nosotros habíamos vendido una vivienda y seguramente alguien nos delató, porque de otra manera no iban a pedir precisamente el dinero con tanta insistencia”.
Operativo
Mientras decenas de policías seguían recorriendo distintos lugares de la cuadra y se efectuaban los peritajes de rigor, Gladis estaba preocupada por Eduardo, su esposo, que fue llevado de inmediato para ser asistido por los médicos, ya que presentaba serias heridas en su boca, producto de los golpes recibidos.
“Yo agradezco a Dios y a la Policía que llegaron tan rápido, pese a que estos sujetos tienen que haber estado casi una media hora atacándonos, pero considero que nos salvaron la vida, no sé en qué hubiera terminado todo si no entraban a salvarnos”, finalizó diciendo Gladis, mientras recibía la contención y el afecto de todos sus vecinos.
El jefe de la Policía de Entre Ríos, Héctor Roberto Massuh se acercó personalmente a dialogar con la señora, acompañado por los directores de Operaciones y Seguridad e Investigaciones, Sergio Ruffiner y Carlos Schmunk. La cuadra fue cercada por completo y hasta llamó la atención -no es común- que el juez de Instrucción de turno, Elbio Garzón; se hiciera presente en la escena del asalto.
Mientras tanto, los cuatro sujetos, quienes fueron identificados como de apellidos Farías, Gómez, Moreyra y Romero permanecían esposados, boca abajo, en las veredas, a la espera de ser trasladados. La banda llegó a bordo de un VW Polo que fue secuestrado, al igual que una pistola calibre 22.
(Foto: El Diario)