En declaraciones realizadas al programa A Quien Corresponda (Radio De la Plaza) Martínez Garbino sostuvo que la despenalización del aborto “se ha magnificado” y consideró que “este tema no es una inquietud de toda la sociedad”. “Hemos puesto sobre la mesa el sí o no, una cosa o la otra, y eso me hace acordar mucho cuando se iba a debatir la ley de divorcio en Argentina, donde los mismos sectores –hoy con otra representación- hablaban que era la destrucción de la sociedad argentina y a dos semanas de votarse la ley la gente ni se acordaba del tema, cosa que va a ocurrir ahora”.

Aclaró que “si fuera legislador, hoy votaría a favor de la despenalización pero esto no va a cambiar en nada la historia y me produce un fuerte rechazo cuando desde ambos puntos de vista pareciera que estamos hablando de la época en que la Iglesia de hace 500 años decidía quién estaba dentro y fuera del mundo”. De todos modos, reiteró que “no es un tema que entusiasme ni empape a la sociedad argentina”.

Consultado por la actualidad nacional, el dirigente afirmó: “No soy pesimista si esto se aprovecha para el país; lo que está en crisis es un sistema y ojalá esto llegue a las últimas consecuencias y caiga quien deba caer; porque debe desaparecer un empresariado, un sindicalismo, una dirigencia política que le ha hecho mucho mal y que ha abortado toda posibilidad de un proyecto nacional”. “Esto puede ser el inicio de una limpieza, una purificación y que de una vez se despejen las dudas de la sociedad”, acotó.

Analizó en ese sentido que “los argentinos no aceptamos pero hemos naturalizado la corrupción, la transgresión y la viveza criolla como ejemplos de éxito”.

En cuanto a la gestión de Mauricio Macri, opinó que “para cualquiera los márgenes de maniobra son escasísimos porque viven presos de la presión que hacen diversos sectores de la sociedad argentina” y ejemplificó: “Parece el cuento de Gulliver donde los liliputenses lo tiran al suelo e inmovilizan al gigante. La Argentina y el Estado es eso, un gigante que fue conquistado, colonizado cono un gran botín, y ahora se viven las consecuencias”.

“Macri se equivoca cuando apenas asumió y tomó algunas medidas que entusiasmaron a la sociedad y lo llevó a pensar que era un Presidente exitoso, pero Macri no está destinado a ser un Presidente exitoso, está destinado a ser un piloto de tormentas; arrancando de que tiene minoría en ambas Cámaras, pocos gobernadores y poco espacio territorial por lo cual necesitaba acuerdos con otros sectores y no lo hizo”, analizó.

Además, criticó que el Presidente “tiene un entorno que no le hace ningún favor porque hacen política diciendo que no son políticos, despreciando a la política”.

En ese contexto, aunque recordó haber sido crítico de la gestión del gobernador Gustavo Bordet se preguntó: “Objetivamente, qué otro margen tiene el gobernador si no es tener un buen diálogo con el gobierno nacional para poder pagar en tiempo y forma los sueldos”. “No le envidio el lugar en que está el gobernador, porque esta es la realidad argentina. Cuando el debate central es el déficit fiscal y hay una oposición que no propone nada nuevo, distinto o superador a lo que propone el gobierno”, sentenció.

“El déficit fiscal no es un fin en sí mismo, es un medio; pero esta originado por un Estado imposible de sostener y el gasto corriente es el gran cáncer que tienen los municipios, las provincias y la Nación. Pero hay que discutir otras cosas en Argentina”, agregó.

Cuestionó además que en la gestión nacional “confundieron una expresión de deseo con gestión de gobierno” aunque refirió: “Hago votos para que al gobierno le vaya bien, porque el fracaso de este gobierno es que cada día haya más pobres y la sociedad tenga más problemas, cuando justamente la política tiene que ayudar a resolver los problemas”. “Por eso, más allá de las discrepancias con la visión en la provincia, la sociedad entrerriana valora que hay un gobierno provincial que no confronta con la Nación, que marca sus diferencias pero que hace algo que le permite llevar adelante sus políticas. Hoy tener la casa medianamente en orden y tranquila es un gran logro del gobierno, cuando debería ser el ABC de cualquier gestión”, explicitó.

Respecto a la sentencia de cinco años de prisión que recibió el ex vicepresidente Amado Boudou, Martínez Garbino reconoció que “esperaba una condena mayor porque estas cosas deben ser ejemplificativas, no sirven las cosas a medio camino”. “No están los fundamentos, pero dentro de todo es positivo”, sentenció.

En el mismo sentido, reiteró que la investigación y las detenciones en relación a los “cuadernos de las coimas, le puede venir muy bien a la Argentina como mensaje para saber que la ley es pareja para todos”. “En la escuela nos enseñaban que todos somos iguales ante la ley pero la realidad nos marcaba otra cosa. Somos iguales ante la ley pero no somos iguales frente a quienes están encargados de ejecutar la ley”, explicó.

Consultado por la candidatura del ex gobernador Sergio Urribarri, admitió: “No estoy muy metido en eso”. De todos modos, reflexionó que “el PJ vive una profunda crisis de largo arrastre, pero es una crisis de todas las expresiones político partidarias, también la tienen el radicalismo y todos los demás mirando a la supuesta izquierda y a la supuesta derecha”.

“Cuando se acercan los procesos electorales y hay que discutir cargos de poder se agudizan estas crisis porque emerge lo peor del ser humano, esa vanidad y todos esos calificativos negativos. Por eso sigo atentamente no tanto lo anecdótico de los cuadernos sino cómo se va comportar la justicia y como lo recepciona la sociedad. Esto no debe caer porque en Argentina en dos meses ya nadie se acuerda”, reflexionó.

En cuanto a la situación de la Justicia, consideró que “todas las provincias deberían entrar en sintonía con lo que está pasando con esto de los cuadernos, porque en todas debe haber principios de prueba y denuncias adormecidas sobre supuestos hechos de corrupción, y Entre Ríos no es ajena”.

“Esto es una bola de nieve que comenzó a rodar y no va a terminar acá, pero el asunto es que termine como debe hacerlo para la salud del sistema democrático de Argentina, para regenerar las estructuras partidarias como deben regenerarse”, afirmó.

“Hay muchos dirigentes en la política que son muy honestos, aún con muchos de ellos no compartimos la misma visión, por eso me cuesta juzgar al kirchnerismo o al anti kirchnerismo de manera absoluta y categórica porque conozco gente muy honesta, convencida, comprometida. Y la sociedad de una vez por todas debe prestar atención a esto porque después tienen expresiones electorales y a veces volvemos para atrás. No siempre como pueblo acertamos”, concluyó.