Por Luis María Serroels

Sólo alguien muy distraído podría no advertir que el enojo de Jorge Busti con Sergio Urribarri responde al hecho de que el actual gobernador se soltó de su mano –que bien fuerte mantenía apretada durante la campaña de 2007- y decidió que ya no necesitaba más de su antecesor. ¿Fue el derecho a asumir sus propias facultades y adoptar sus determinaciones con las potestades inherentes a un cargo legítimamente ganado, lo que llevó al mandatario a cortarse solo? ¿O como ha expresado el actual diputado provincial, fue el alineamiento a libro cerrado de Urribarri con el centralismo K, con mengua ostensible del federalismo, lo que los terminó alejando?

Las rivalidades abandonaron el contorno interno y ganaron prontamente la calle. Ya no se trató de diferencias metodológicas o criterios instrumentales, sino que se metió en la pelea una cuestión ideológica muy severa, que poco a poco terminó con el ex y el actual gobernador cascoteándose el rancho sin solución de continuidad. Urribarri seguramente creyó que Busti iba a ser una espada muy útil en la Legislatura; Busti por su lado quizás interpretó de otro modo lo que se dio en llamar la continuidad positiva, malograda tan pronto como se enciende y apaga un fósforo. El conflicto con el campo de marzo de 2008, fue una mecha que se encendió peligrosamente y que terminó revelando por boca del propio gobernador, que su bitácora lo llevaba directamente a la Quinta de Olivos (donde reinaba ilegítimamente un ex presidente con mandato cumplido). Mientras Busti convocaba a la dirigencia campesina para dialogar, Urribarri desalojaba del gabinete a un funcionario de lujo como Héctor Motta, por cometer el pecado de allegarse a las rutas buscando soluciones. Un anciano conocedor de estos ajetreos, reflexióno que Juan Perón en 1973 llamó a la gente del campo para consensuar una política de expansión agropecuaria, mientras Cristina Fernández les tiró con munición gruesa. Los actuales conflictos desnudan quién se equivocó.

En este contexto se vinieron desarrollando los acontecimientos, con cruces de vereda notables (para un periodista es cada vez más difícil conversar con los dirigentes porque puede llevarse un gran chasco). Los que en 2007 embadurnaron la figura de Urribarri con su militancia en la Lista 100 (por fuera del partido), hoy comparten palcos y listas con él.

Quienes sostuvieron y condujeron a Urribarri hacia el sillón de la calle Córdoba, hoy lo combaten y marchan a las urnas por fuera del partido. ¿No es esto insólito? Porque además en un momento a Busti no le produjo ningún escozor dialogar con Néstor Kirchner. ¿Quién abandonó el barco? (habría que preguntarse). En 1995 y previo a los comicios generales, le preguntamos a José Octavio Bordón quién se había ido del justicialismo, ¿Carlos Menem o él? Y respondió tajantemente que el ex presidente riojano había abjurado de los principios del ideario peronista.

Volviendo a la contienda vía prensa, digamos que todos las carencias y errores que las autoridades departamentales le endilgan a Halle, hubiesen permanecido bajo siete llaves si el intendente estuviera alineado con Urribarri y en contra de Busti. De igual modo sucedería a la inversa, porque la política vernácula es así y se construye más con agravios que con la búsqueda de consensos e intentos por acordar líneas de entendimiento. En el fondo, se trata de choques comadreriles, impropios de personas que ostentan cargos de plazo fijo apenas prestados por el ciudadano que acude a las urnas. No se refutan datos sino que se buscan las más duras agresiones.

El matutino donde se produjo el enfrentamiento, se cuidó correctamente de publicar sendas solicitadas en el mismo número de página y con similar medida tipográfica. Halle salió a responderle al gobernador sus declaraciones publicadas el domingo12 en un extenso reportaje, pero la contra ofensiva del martes 14 partió del seno partidario. Hay cosas que cuesta entender, porque muchos que aprendieron el ABC de la política, una especie de nivel inicial en estas lides, gracias a Busti, hoy lo difaman por encima de lo que permiten las diferencias y disidencias. Del mismo modo, a Busti parece que se les han descarriado varios de sus discípulos y ello también resulta extraño. En política, no basta con comer estofado de paloma para poder volar.

Halle defiende su gestión y el urribarrismo la minimiza. Halle recuerda el estado en que halló las finanzas del municipio y su actual situación (aquí y aunque sin nombrarlo, aparece fuertemente cuestionado Julio Solanas), mientras el oficialismo desmerece esa gestión, duda de sus convicciones y entra a bucear en los orígenes ideológicos del intendente, cosa que nadie hasta ahora le había objetado, más aún, ningún antecedente fue impedimento para que ocupe altas funciones ejecutivas y electivas, con sostén justicialista.

Pero en la réplica del martes, se introdujo un elemento seguramente no bien sopesado y fue cuando se le recordó al intendente que su esposa -a doctora Rosario Romero-, pudo haber sido compañera de fórmula de Sergio Montiel para los comicios de 1999, posibilidad luego frustrada porque hubo quienes la objetaron. Claro que en todos lados se cuecen habas, porque conviene recordar que en 2001 fue un diputado justicialista el que con su voto por la negativa salvó a Montiel del juicio político. Y además, que el principal protagonista en la operación de embarrar la cancha para evitar aquel remedio constitucional, el diputado Ricardo Tronco (UCR), hoy es uno de los principales aliados que construye política bajo el rótulo de radical K.

Esto demuestra no sólo lo estéril de atravesar el cielo con misiles retóricos de alta capacidad destructiva, sino que coloca a muchas figuras de la política en situación ridícula y riesgosa. Martín Fierro se haría un festín frente a estas peleas, porque del entrevero siempre sacarán buena tajada terceros ansiosos.

Para hablar de fracaso o éxito en cada gestión, se deben aportar cifras que sean precisas y comprobables. Por ejemplo, cuál es la evolución real negativa o positiva de la deuda del municipio y cuánto creció o decreció la deuda provincial (Marcelo Casaretto, otro descarriado bustista reciclado en oficialista, hace poco acusó al gobierno de haber engordado la deuda provincial en más de 1.580 millones de pesos). Sólo así se legitimarían las mutuas acusaciones. Las pujas de mediados de 2009 desembocaron en una derrota electoral imprevisible para el gobierno, que dejó muchas lecciones.

Esta historia de belicismo verbal tendría nuevos capítulos. El martes 14 en una improvisada conferencia de prensa, Busti y Halle arremetieron fuertemente contra el Consejo Departamental (“si en este barro quieren chapalear, bienvenidos al chiquero”, sentenció el intendente). Pero hubo más: una decena de miembros de dicho Consejo y nueve presidentes de Unidades Básicas del PJ, salieron a respaldar a Halle revelando no haber sido convocados ni consultados antes de decidir la solicitada del martes.

Paralelamente, desde el equipo de prensa del jefe comunal se distribuyó vía Internet un comunicado donde se descarga toda la responsabilidad de estos entrecruzamientos en la persona del gobernador, se recuerdan los agravios que Julio Solanas y Enrique Tomás Cresto (nieto) le dedicaran en 2007 y hasta se dan tiempo para recordar el pasado radical de Urrinbarri (?). Además evocan que posteriormente fue menemista y luego jefe de campaña en Entre Ríos de Alberto Rodríguez Sáa (Sic), para terminar clando en el kirchnerismo.

¿Cuántas solicitadas más ocuparán las páginas de los medios gráficos? ¿Cuánto más daño se provocarán quienes solamente circunscriben la realidad a sus acotados entornos, sino que apelan a frases hirientes (y además, al uso y abuso de recursos del Estado para conservar posiciones). “El gobernador se desubica”, tituló Halle su escrito. “¿Quién se desubica señor Halle?”, respondió el partido. “Y a mí ¿en qué lugar me ubican”?, preguntó un sorprendido e indignado ciudadano.

La justicia en promoción

El fútbol, extrañamente, ofrece a diario elementos que pueden prestarse para ocurrentes metáforas vinculadas con el devenir cotidiano de una sociedad. En esta columna solemos hacerlo y esta semana volvemos sobre el tema. Cuando está finalizando un nuevo torneo afista, la mayor atención está en lo que se llama Zona de Promoción, que es una suerte de “capilla” en que permanecen ciertos equipos frente al riesgo concreto de perder la categoría (en buen romance, irse al descenso). ¿En qué posición se ubicaría el Poder Judicial nacional y de Entre Ríos? Una buena pregunta.

No son pocas las ocasiones en que nos hemos referido a las falencias en la justicia provincial, la lentitud de muchos procesos y la falta de resolución de casos resonantes que terminan en un vistoso archivo. En especial, la muerte violenta de muchas personas que siguen reclamando en dolorosas vigilias, por el esclarecimiento de estos graves delitos. En este trajín, no han faltado referencias a los desniveles que se dan en sentencias difíciles de entender y que llaman mucho la atención.

Ejemplos hay. A tres dirigentes de una Ong que desviaron un Aporte del Tesoro Nacional (ATN) por un millón de pesos destinado a acciones solidarias vinculadas con la salud, haciéndolo aterrizar en gastos de campaña electoral del justicialismo, se les aplicaron sentencias condicionales. Un ex vicegobernador y un ex senador, por enriquecimiento ilícito y con mucho dinero en juego también recibieron condenas en suspenso. Pero a otro ex senador y por falsificación ideológica de instrumento público y uso de instrumento público falsificado consumados y en concurso ideal contra la Administración Pública, se le sentenció a cumplir tres años y cuatro meses de prisión efectiva. Esta persona irá tras las rejas, los anteriores no. ¿Con qué tabla se mensura cada delito? Fue más grave este último caso que la apropiación indebida de altísimas sumas de dinero en que incurrieron otros, uno de los cuales está habilitado para ocupar nuevamente el cargo desde donde consumó gran parte de sus andanzas.

Pero el tema de hoy aporta su grado de preocupación. Días pasados se realizó en nuestra ciudad la reconstrucción de un hecho ocurrido hace ocho años, en el cual un taxista fue asesinado por un asaltante. Y el interrogante surge: ¿qué cosas importantes podrán extraerse después de tanto tiempo? ¿Qué memoria residual puede colaborar para resolver el caso? Sería muy importante conocer los resultados.

Y por último viene a cuento el tirón de orejas que la justicia entrerriana ha recibido de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Se vincula con la desaparición, en febrero de 2002, del joven Elías Gorosito, quien, según un amigo, había sido introducido por la fuerza en un vehículo policial. Una joven que decía disponer de datos firmes (haber visto cuando la víctima era empujada dentro del rodado y luego transportada con destino desconocido), no fue aceptada como testigo por una Sala Penal y confirmado ello por el Superior Tribunal de Justicia.

Sumario, instrucción, procesamiento y juicio oral y público no sirvieron de nada, porque los policías de la patrulla fueron absueltos. Elías Gorosito, como anteriormente los jóvenes Héctor Gómez y Martín Basualdo –cuyo secuestro en la vía pública en 1994 también fue atribuído a efectivos policiales-, continúan siendo hoy desaparecidos en democracia.

En el caso Gorosito, la querella apeló el fallo ante el Superior Tribunal entrerriano, que rechazó el recurso al declararlo inadmisible. Así las cosas se acudió en queja ante el alto tribunal de la Nación, cuyos ministros y luego de cuatro años de arribado el expediente, han declarado nula la absolución de los procesados disponiendo que se realice un nuevo juicio.

No obstante ello, aún no hay fecha para este procedimiento que seguramente tendrá otros ingredientes a la luz de datos concretos que convergerían en la responsabilidad material de los efectivos policiales. El tiempo que trascurre sigue significando la verdad que huye y conspira contra la fidelidad de los elementos que puedan acercarse a la causa. Ha sido un verdadero tirón de orejas para los magistrados provinciales, porque haber desechado un testimonio esencial que hubiera permito arribar a la verdad objetiva y, nada menos, hacer justicia, no puede malograrse porque tres camaristas y otros tantos integrantes de una Sala de Procedimientos Constitucionales, consideraron que de ello no surgía ningún elemento de convicción, resultando impertinente su recepción. Se perdió allí la oportunidad de disponer de valiosas pruebas, oportunidad que resurge gracias al fallo de la Corte.

Mientras tanto, en su edición del jueves 16 el Semanario ANALISIS publicó como nota de tapa un duro alegato sobre el desempeño de una Fiscalía judicial, en una causa que involucra al ex gobernador Héctor Alanis por un supuesto desvío de fondos del Senado provincial por valor de 20 millones de pesos/dólares. Los elementos proporcionados por el medio gráfico, resultan lapidarios sobre la pereza evidenciada, que podría desembocar en una vergonzante prescripción. Según el articulista, hace dos años que el expediente no avanza y existen testigos claves que nunca fueron convocados. ¿Y la causa contra Sergio Montiel y varios de sus ex ministros por defraudación en perjuicio del fisco y negociaciones incompatibles con la función pública, transcurridos ocho años de culminar esa gestión? ¡Qué incómodo se siente el Poder Judicial cuando debe enfrentar a la política!

Ante esta realidad preocupante, al igual que importantes clubes de fútbol nuestra justicia parecería hallarse al borde de ingresar a la zona de Promoción.

Malvinas: ¡basta de paciencia!

Diferentes hechos se vinieron sucediendo hasta desembocar esta semana en un creciente estado de revulsión que realimenta el añejo conflicto entre Argentina y Gran Bretaña con respecto a la soberanía –indubitablemente nuestra- sobre las islas Malvinas. El hecho de que nuestro país jamás aceptó este acto de piratería en su más pura expresión y ha venido reivindicando su potestad indeclinable en cuanto foro internacional se ha prestado, en especial ante la Asamblea Anual de las Naciones Unidas, apoyado por la inmensa mayoría de los miembros, no ha logrado torcer la voluntad del colonialismo inglés, anacrónico y detestable. De hecho si en algo ha sobrado paciencia considerando nuestra política exterior, es frente a esta situación que no se concibe por estos tiempos, transcurridos 168 años de ocupación ilegítima.

La guerra del Atlántico Sur puede considerarse inadecuada e inoportuna en términos políticos y estratégicos, teniendo en cuenta además que se trató de una decisión espasmódica de un gobierno de facto, deslegitimado en su naturaleza y en su ejercicio. Pero nadie puede quitarle el componente de exacerbación del sentimiento malvinente que generó en todos los argentinos. La derrota que se terminó consumando el 14 de junio de 1982, con las pérdidas humanas y materiales ya conocidas, de ninguna manera consiguió debilitar ese sentimiento enraizado históricamente en el alma nacional. La ley 20.561 del 14 de noviembre de 1973, fijó el 10 de junio como Día de la afirmación de los derechos argentinos sobre las Malvinas, Islas del Atlántico Sur y Sector Antártico, recordando la creación de la Comandancia Política y Militar de ese pedazo de suelo patrio, decretada por el gobernador de Buenos Aires, Brigadier General Martín Rodríguez.

Esta semana se supo que ex combatientes de la guerra de Malvinas, querellarán al Reino Unido por crímenes de guerra, por obligar a soldados argentinos, tras su captura, a trasladar municiones durante el conflicto. En esta tarea, tres uniformados nuestros perdieron la vida. Existen pruebas no sólo aportadas por los testimonios de efectivos nacionales, sino que obra un Acta firmada por oficiales argentinos y un oficial inglés, labrada luego de la explosión.

La noticia revela que una de las víctimas, José Ferraú, fue ejecutada con un tiro de gracia porque el combatiente se hallaba convertido en una tea humana por acción del fósforo que había cubierto su cuerpo. Los otros fallecidos fueron Martín Flores y Rafael Barrios y todos pertenecían al Regimiento 12 de Corrientes. Según las normas internacionales sobre conflictos bélicos, un prisionero de guerra puede colaborar bajo su voluntad pero nunca estar obligado a hacerlo. Esto último fue lo acontecido, por decisión de los usurpadores ingleses.

También esta semana y aprovechando la visita del Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, nuestra presidente le reclamó un mayor compromiso respecto a las negociaciones bilaterales con el Reino Unido, tal como manda la Resolución Nº 2.065 de 1965, a pocos días de reunirse el Comité de Descolonización de las Naciones Unidas. Tal gestión no demoró en recibir una respuesta irrespetuosa de parte del Primer Ministro británico, David Cameron, quién advirtió que definitivamente la soberanía es un tema innegociable. El día anterior, un hombre nacido en el archipiélago se había trasladado a nuestro territorio continental para obtener una Partida de Nacimiento y posterior DNI que lo consagren como ciudadano argentino.

Todo esto lleva a reflexionar muy seriamente si no habrá llegado el momento de adoptar otra política que, desechando desde luego cualquier acción militar que sería una locura, ataque los intereses británicos en nuestro país, una glándula muy sensible que a los piratas les hace segregar mucho temor. Pero ello debe galvanizar a toda la dirigencia nacional, sin especulaciones mezquinas, en tanto el gobierno no debería utilizarlo como táctica política sectorial.

Cistina Fernández no ahorró palabras duras al replicarle a Cameron, pero debemos recordar que su ministro de Economía, Amado Boudou, designó al Barclays Bank PLC de Londres como coordinador global para la reapertura del canje de deuda, pese a que dicha entidad es la principal accionista institucional de la empresa Desire Petroleum, que empezó a explorar petróleo en nuestras Malvinas. Asimismo recordemos que el actual gobierno le ha concedido permiso a barcos que operan para Inglaterra, para que se reabastezcan de combustible en nuestros puertos, algo que Uruguay les negó. La Junta Americana por los Pueblos Libres ya ha denunciado este traspié diplomático de la Cancillería Argentina que aplica el doble discurso. ¿Qué clase de coherencia es esta?

Pero además están los pactos secretos firmados con el Reino Unido por Carlos Menem y Domingo Cavallo, convertidos en una mácula mancillante. Dichos documentos se titulan Tratados Anglo-Argentinos de 1990 y, al decir del doctor Julio César González en un libro muy documentado, constituyen una especie de Tratado de Versailles impuesto a nuestra Nación bajo la Ley del Vencedor tras la guerra de Malvinas, por la Ley del Acreedor de la deuda externa y por el Plan Brady que la legitimó. ¡Qué insólito! Porque en 1806, mientras el general Guillermo Beresford se rendía ante las tropas y vecinos que rechazaron la primera invasión inglesa a Buenos Aires, tras asesinar y violar mujeres y hasta niños, los invasores, actuando subrepticiamente y como vulgares ladrones, cargaban en las bodegas del navío Narcisus todo el tesoro de la Real Hacienda. Tiempo después, ese dinero fue paseado por las calles de Londres en ocho carros, cada uno con cinco toneladas de pesos plata. Y hoy tienen cara para reclamarnos la cancelación de deudas.

Por eso decimos que se debe acabar tanta paciencia, porque el tiempo pasa y seguirá pasando. Nosotros continuaremos pidiendo indefinidamente la restitución de nuestro suelo irredento y los piratas seguirán ocupándolo graciosamente. Pretender, como lo hace Gran Bretaña, que sólo la decisión de los malvinenses podría modificar el status actual, es una actitud de extrema hipocresía, porque esos habitantes han venido naciendo desde 1833 en territorio argentino y sólo se consideran ingleses merced a un acto ilegal de invasión que la comunidad internacional no puede ni debe seguir consintiendo.

El 15 de febrero de 1990 en Madrid y el 11 de noviembre del mismo año en Londres, a espaldas del pueblo argentino pero, es importante fijarlo, con el aval posterior del Congreso Nacional (Ley 24.184/92), se consumaba un nuevo despojo. Este acuerdo profundiza y perfecciona el vergonzante tratado de 1825 que concedía condiciones leoninas y privilegios inaceptables a los piratas. Ha llegado la hora de decir ¡basta!, porque nuestra nación tiene pasado y futuro soberano. Hasta la semana que viene.