El ministro volvió a lamentar "la incomprensión de algunas organizaciones gremiales ante la situación actual y del contexto internacional, que muestra en otros países un contexto de crisis, de reducción de plantas docentes y congelamiento de salarios con más horas de trabajo".
Luego, trajo a colación que el gobierno ofreció un 20 por ciento de aumento, que incrementa el salario en 500 pesos por sobre los 2.300 que cobraban en 2011, lo que representa una inversión del Estado de 750 millones de pesos.
"Ante la crisis global, ofrecer un aumento de salario que defiende el poder adquisitivo nos parece muy digno, muy sensato", dijo, cuestionó las "expectativas desmedidas" del sector porque "no hay razón para pedir el 30 por ciento o, como ocurre con uno de los gremios de la Ciudad de Buenos Aires, el 35 por ciento de aumento".
Por último, en diálogo con Radio Continental, señaló que los haberes docentes "han crecido desde 2003 sobre los valores corrientes o constantes", y sostuvo que "es uno de los salarios que más aumentó con respecto a cualquier pauta inflacionaria".