El arranque del visitante fue furioso, la presión Pincha fue asfixiante y atinada. Durante esos primeros 10 minutos el equipo de Azconzábal arrinconó a su rival contra su campo y lo llenó de centros en busca del primer grito... Y ese festejo se demoró hasta los 17’, cuando el Chino Benítez ejecutó un tiro libre frontal que fue a parar a la cabeza goleadora de Mauro Boselli, viejo verdugo del Matador.
El gol era un premio merecido, pero, al momento de su concreción, el trámite del partido ya había variado porque Tigre con el buen trabajo de Galmarini y Morales había logrado pisar con frecuencia los tres cuartos de terreno adversario.
A los 27’, cuando pasaba poco y nada, Morales se internó en el área y Pezzotta interpretó penal de Cellay, con esa capacidad propia de un árbitro que suele ver lo que no ocurre e ignorar muchas veces lo que realmente pasa. Cachete Moreles lo cambió por gol y de ahí hasta el descanso, lucharon mucho en el medio, pero casi sin opciones serias de alterar el tanteador.
En el complemento, después de un comienzo favorable al local, Estudiantes volvió a tomar el control del partido y estuvo cerca de ganarlo con dos cabezazos de Boselli, que fueron bien resueltos por Javier García, uno de los puntos altos para entender la campaña de Tigre.
Sobre el final, sin embargo, casi canta bingo el conjunto de Arruabarrena, pero Gastón Díaz levantó su remate desde el borde del área chica, tras un muy buen desborde del pibe Carrasco. Hubiese sido demasiado premio para uno y excesivo castigo para el otro, consigna TyC Sports.
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