La Prefectura Naval ordenó ayer, por cuestiones de seguridad, la interrupción de todo el tránsito mientras se realizaban las maniobras de alije (extracción de carga para alivianar la embarcación y subir la línea de flotación).
Las tareas se interrumpieron a las 17 de ayer, para dejar pasar a tres barcos, y luego se reanudaron las operaciones. "Esto lleva bastante tiempo; los remolcadores pararon los trabajos para cambiar los cabos de lugar y dejar pasar tres buques", contó Wade, quien observó unos 80 barcos parados aguas abajo de Villa Gobernador Gálvez, y otros diez aguas arriba.
El buque panamax Paraskevi está varado desde el 10 de este mes, y a medida que pasan los días la situación es más complicada para la navegación. Los remolcadores Ona Don Lorenzo y Tifón reanudaron ayer la tarea para intentar zafar al buque de su varadura. Una vez retirado, el carguero será acompañado a un sitio seguro para la inspección de práctica y para determinar si se lo autoriza a navegar al fondeadero, donde volverá a recibir la carga extraída de las barcazas.
Tarea lenta
"Es una tarea lenta; no hay una estimación de cuándo se lo va a poder sacar", admitió Wade a este diario. Cuando se libere la zona del siniestro, se realizará un relevamiento del lecho del río para determinar con qué calado se permitirá el franqueo de los cargueros en el paso.
Cada vez que se permita la navegación, la prioridad la tendrán los buques cargados río arriba del lugar del siniestro, para descongestionar las radas, se explicó desde la Cámara de Actividades Portuarias. Así, podrán pasar sin restricciones los buques de hasta 120 metros de eslora y 6 de calado. En tanto, los buques de hasta 190 metros de eslora podrán hacerlo con un calado máximo de siete metros, más la altura del río en el puerto de Rosario, menos los 60 centímetros de margen de seguridad bajo la quilla. El cruce por la zona deberá contar con la escolta de un remolcador de potencia adecuada y la maniobra sólo será permitida con luz diurna, publicó La Capital.