
La temática atrapó porque hubo intercambio de ataques. El Tomba procuró llegar con prolijidad desde David Ramírez, mientras que el Tatengue lanzó contragolpes con Jara como punta más picante. A los siete minutos, Castillón tuvo una chance clara que Mazacote frustró sobre la línea. Luego, Magnín avisó con un tiro dentro del área. Y a los 12 le anularon bien un gol a Aleman.
Si bien a ambos les faltó mayor creatividad, el primer tiempo entretuvo hasta que llegó la expulsión de Míguez a los 36 minutos. A partir de allí, Godoy Cruz se adelantó mucho más y su rival debió renunciar a los contragolpes. Ramírez, Castro, Castellani y Castillón cocinaron fútbol, pero Óbolo no pudo dar el golpe final.
A los 10’ del complemento, Asad sacó al lateral Insúa para sumar un mediocampista como Lértora. En consecuencia, el esquema pasó a ser 3-4-1-2 y el objetivo fue ganar el partido desde el mediocampo. En tanto, el local también cambió piezas en la zona de volantes (Fernández por Magnín) y depositó todas sus esperanzas en el manejo de Aleman o los piques de Montero.
El desahogo de Godoy Cruz llegó a los 25’, cuando Castro tomó la pelota en el área tras un rebote en Correa y no perdonó a Limia. Dos minutos más tarde, Unión gritó el empate pero el línea levantó la bandera al instante para invalidar la conquista de Mazacotte por offside.
En la recta final, el juvenil Garro y Ramírez amagaron con ampliar la brecha en el marcador. Hubiera sido muy exagerado, el Tomba ganó con lo justo ante un rival limitado y con inferioridad numérica.