El paranaense Werner explicó el motivo de su abandono en el autódromo de Concepción del Uruguay.
Parecía que por fin iba a revertirse la mala racha para el paranaense Mariano Werner en el autódromo de Concepción del Uruguay, un autódromo que pocas veces lo trató bien desde su inauguración en la temporada 2014. Es que a lo largo del fin de semana, el entrerriano logró un cuarto puesto en la clasificación del sábado y ya el panorama era otro, luego de no haber quedado conforme en los entrenamientos previos. Dicha posición le valió partir a la par de Jonatan Castellano en la primera fila de la primera serie del domingo, la cual Werner se iba a adjudicar con una gran maniobra sobre el Pinchito.
En la final, los hinchas del óvalo poseían cierta tranquilidad porque dos de sus grandes referentes conformaban el extenso pelotón de la final: el propio Werner y Julián Santero. El liderazgo del subcampeón duraría poco debido a un exceso que terminaría con el babero de la trompa rota.
Con notables daños en el frente de su auto, Werner perdió ritmo y fue superado por sus rivales. Al momento de ingresar a los boxes para reemplazar la trompa, y con el vehículo detenido, una cantidad importante de líquido comenzó a desprenderse del motor y terminó con las esperanzas del Zorro, quien ahora cayó al cuarto lugar del campeonato.
“Arranqué la vuelta previa con una sensación rara en el auto, se me cambiaba de dirección. Cuando largue no era lo mismo que la serie, cada curva era peor”, contó en el comienzo Werner.
A lo que añadió en declaraciones a Campeones: “Luego, me terminó yendo afuera en la curva número uno, muy de trompa. Se termina rompiendo el babero, levantó temperatura, pero no la que pensé, y cuando paré, cortó y escupió el agua”.