
El Gobierno nacional dispuso aumentos moderados en las tarifas de luz y gas desde septiembre, con incrementos que rondaron entre el 2 y el 3%, pero simultáneamente amplió los subsidios a todos los segmentos de usuarios, incluso a los de ingresos altos. La medida buscó evitar un mayor traslado de costos a la inflación en la previa de las elecciones legislativas.
Según resoluciones del Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE) y del Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas), las facturas de electricidad subieron 2,97% en Edenor y 2,90% en Edesur, mientras que el gas registró un alza promedio del 2%. No obstante, la Secretaría de Energía estimó que el impacto final en los hogares fue de 1,95% gracias al esquema de compensaciones.
La estrategia oficial incluyó un retorno a los subsidios para todos los niveles de ingresos, incluso, los hogares de mayor poder adquisitivo, como residentes de barrios cerrados, countries y zonas de alto valor inmobiliario. Así, el Estado financió parte del costo de la energía con el objetivo de amortiguar el efecto de la devaluación del peso y los mayores costos de generación, publicó Infobae.
Argumentos del Gobierno
El secretario coordinador de Minería y Energía, Daniel González, explicó que el costo energético se eleva en invierno porque el gas natural barato destinado a generación eléctrica se destina al consumo residencial, lo que obliga a importar combustibles más caros como GNL o gasoil. “El subsidio no es total y no hemos conseguido trasladar al consumidor el 100% del costo”, señaló.
González también planteó que en el futuro se buscará focalizar los subsidios según la estacionalidad: “¿Tiene sentido subsidiar el gas en verano? La verdad que no, porque el consumo es bajo. ¿Y la energía eléctrica en primavera y otoño? Quizá haya que subsidiarla a ciertos grupos”.
Contexto económico
El ministro de Economía, Luis Caputo, y el presidente del Banco Central, Santiago Bausili, acompañaron la decisión de evitar un mayor impacto en las facturas antes de los comicios. Pese a la ampliación temporal de los subsidios, el gasto público en el sector energético se redujo en el acumulado del año.
Entre enero y julio de 2025, las subvenciones a la luz y el gas cayeron más de USD 2.100 millones frente al mismo período de 2024. De acuerdo con la consultora Economía y Energía, los desembolsos sumaron USD 1.842 millones, una baja interanual del 54%. La reducción fue posible gracias al gasoducto Perito Moreno, la baja de precios internacionales y un ajuste gradual en la asistencia estatal.
La comparación histórica refleja la magnitud del recorte: en 2022, en plena crisis energética global, el gasto en subsidios alcanzó USD 7.914 millones, mientras que en 2024 había bajado a USD 4.031 millones.
El Gobierno de Javier Milei enfrenta el desafío de recomponer la ecuación económica de las empresas proveedoras sin desproteger a los usuarios. “La gente pagaba el 30% del costo de la energía, ahora paga el 80%. Pero el servicio no mejora de inmediato porque requiere años de inversión”, subrayó González.
La política de subsidios cruzados muestra así un delicado equilibrio entre la necesidad de ajuste fiscal y el objetivo de evitar un nuevo salto inflacionario en medio de la campaña electoral.
(Con información de Infobae)