Sección

Lo dije hace un tiempo ¿ha cambiado algo?

Hugo País

Se acude a la búsqueda, o como es más común decir hoy día, a la “construcción” de un hombre “light”, mediocre, sin diferencia, incluso afirmaríamos en serie, y si no piensa es mejor. Un ser humano, no singular, inexpresivo, sexualmente ambivalente, o “bisexual”. Se naturaliza mucho el relativismo, que combate el tema de la verdad.

Ello se ve en las nuevas tendencias de los programas televisivos, del denominado: “reality show”, “Gran Hermano”, versión local del “Big Brother” nacido en Holanda y reproducido en varios países, donde se convierte en sinónimos universal de “caído en desgracia”, todos reunido en una casa, con gente “buena”, “mala”, y aquella que “nunca tomó partido por nada”

Y allí está la Escuela, con sus niños y adolescentes, luchando ¿con qué medios?.. Sólo les resta el modelo “La Gran Escuela”, Acorde a las normas y pautas televisivas y aun mas, en las redes que terminan asfixiando a los estudiantes y a los adultos.

Existen quienes plantean que la disciplina es el conjunto de normas que regulan la convivencia en la Escuela. Pero y ahora, ¿cómo hacer para compartir principios, sustentados en estilos de vida conforme a valores, en la búsqueda de la virtud, como profunda tarea de la educación?

La Escuela, si no renuncia a su esencia de ser formadora, ha de seguir contribuyendo a:

• Mantener el orden, despertando el interés y haciendo agradable las actividades del aula, esto supone, un trabajo planificado, previamente pensado y de modo alguno no improvisado.

• No violar las normas, ni docentes, ni alumnos. Por ejemplo: ingresar a horario a clases, no dilapidar el tiempo en cuestiones superfluas, promover verdaderamente con profundidad el aprendizaje. Sintiéndonos alumnos y docentes participes en la creación, construcción o acuerdos de las normas y pautas de funcionamiento en la clase o en el trabajo por encarar.

• Respetar y por qué no obedecer, la autoridad que se basa en la comprensión, en la sabiduría y en una profunda y real, actitud de servicio.

• Desarrollar capacidades, para adaptarse a diversos medios o entornos, personas y/o grupos humanos, con la posibilidad de una verdadera integración.

• Fomentar la cooperación en el hacer, con el propio compromiso y ejemplo, y en el responder por el todo del aula, en actitud espontánea y autónoma.

• Despertar el respeto desde la autoridad moral e intelectual del docente, no por la imposición, si por el reconocimiento natural por parte de los educandos.

• Suscitar amor al trabajo, a la comunicación fluida y veraz. Al diálogo atento, honesto, respetuoso y no agresivo

Pensar la Escuela en estos términos, es refundar el sentido de ellas y asegurar la continuidad de una sociedad que consolida una comunidad capaz de contener a todos, sin diferencias y garantiza la educación como trampolín de superación social.

Deseo recoger estas palabras del P León XIV "Vivimos en un entorno educativo complejo, fragmentado y digitalizado. Precisamente por eso es sabio detenerse y recuperar la mirada sobre la «cosmología de la paideia cristiana»: una visión que, a lo largo de los siglos, supo renovarse e inspirar positivamente todas las poliédricas facetas de la educación”, lo cual nos permite una mirada en termino de lo real en la sociedad de hoy.

Soy un convencido que para asegurar el futuro de las jóvenes generaciones, nos hace falta una educación que nos obligue abrir los ojos y ser consciente que debemos comprar slogan, ni enlatados, es preciso reflexionar sobre una realidad que nos golpea a todos, debemos si, jugarnos por las jóvenes generaciones para garantizar el futuro de la Patria, en estos tiempos inciertos.

 

(1)          Pedagogo. Investigador en temas de educación. Ex Rector de la Escuela de nivel Medio y Superior Nº 93 “Del Centenario”

Edición Impresa