Jorge Riani

Un gobernador que piensa en extender su poder con la candidatura de su ministro político, un intendente que aspira a dar un salto en su carrera y un grupo de senadores justicialistas díscolos que aún prolongan la expectativa de su encolumnamiento, protagonizan por estos días la interna del Partido Justicialista, que comienza a calentarse. El gobernador Jorge Busti ya hizo un movimiento intimidante al mostrar el significativo respaldo de intendentes y legisladores que aglutina la figura de su delfín: el ministro Sergio Urribarri. Desde la otra vereda, el intendente paranaense Julio Solanas, dice que no renunciará a dar batalla y traspasa los límites de su partido al momento de buscar respaldos. El único punto en común en los respectivos discursos, es que el gobierno nacional no se involucrará en la lucha interna. En la intimidad, descreen de la imparcialidad de Néstor Kirchner y se ilusionan con el apoyo salvador, con la mirada puesta en la Casa Rosada. De este modo, entra en juego el futuro de una expresión política que lideró la vida del justicialismo entrerriano durante las dos últimas décadas: el bustismo. Lo que sigue constituye el mapa de situación interno de un partido que se perfila como el favorito para las elecciones de 2007.

La hornalla que se enciende cada cuatro años giró a su posición máxima en las últimas horas e irradió mayor calor a la interna del Partido Justicialista. La ebullición todavía no se ha producido pero la temperatura sube alimentada por las declaraciones de sus protagonistas.

En las arenas ya se han asentado los juglares que prometen batalla, y los clarinetes están a punto de sonar. El ruido intimidante del instrumento de viento sonará este mismo mes, cuando en los actos programados de los distintos sectores se evidencie el despliegue con que encararán la lucha interna.

Es una interna más, pero por esas cuestiones indescifrables de la política y por tratarse del justicialismo, todo lleva a pensar que tendrá incidencia aún en el ciudadano que ni se entere de lo que está pasando en el partido que hoy es oficialismo en la mayor cantidad de kilómetros cuadrados que conforman el mapa entrerriano.

Quizás la palabra juglar suene abusiva puesta en referencia a algunos protagonistas, pero -vale reiterarlo- cuando el justicialismo arregla sus asuntos y esa fuerza está en el manejo de los gobiernos, la cosa no pasa inadvertida.

Como en cada batalla, algunos se apresuran a mostrar movimientos intimidantes. El gobernador Jorge Busti desplegó su tropa en la mismísima Casa de Gobierno, que se convirtió en el palco estatal de una fracción, con toda su carga de mensaje: esto es el Estado y nosotros combatimos subidos a su estructura. Horas antes, el mandatario había repartido cheques entre intendentes de comunas menores.

Cualquiera fuera el motor de cohesión, el mitin sumó nombres de peso, entre los que se contó casi la totalidad de legisladores e intendentes. Un imaginario cartel de reserva de derecho de admisión le dejó la puerta cerrada a quienes se ubican del lado de los opositores internos.

El cambio de la agenda oficial, que retrasó el encuentro entre Busti y el intendente de Paraná Julio Solanas, constituyó un inteligente gambito para quien sepa leer cada expresión en el marco de una interna. El mandatario provincial debía recibir al jefe comunal paranaense este martes en la Casa Gris para hablar sólo de “asuntos institucionales”. El gobernador postergó el encuentro para realizar en su lugar la convocatoria en la que los dirigentes de su escuadra firmaron un documento en el que le dan al mandatario el carácter de “conductor natural”. Expresión tan justicialista como monopólica.

Cualquier análisis de discurso básico no dejaría de advertir que recién párrafos más abajo se alude a la figura del delfín para competir en esta batalla: el actual ministro de Justicia, Gobierno y Educación, Sergio Urribarri. “Es la persona indicada como candidato que sintentizará las aspiraciones, no sólo de los justicialistas sino de otros sectores de la entrerrianía”, presentan.

El documento fue suscripto por la senadora nacional Graciela Bar y los diputados nacionales José Laurito, Blanca Osuna, Rosario Romero y Carlos Daud; los senadores provinciales Héctor Strassera, Victorio Firpo, Eduardo Jodor, César Melchiori, Teresita Ferrari de Grand, Carlos Garbelino y Héctor Argain; los diputados provinciales Orlando Engelmann, Emilio Castrillón, Adrián Fuertes, Julio César Aldaz, Juan José Bahillo, José Allende, Juan Carlos Almada, Hernán Vittulo, Alicia Haidar, Jorge Bolzán y Marcos Fontana.

La firma de Jodor y Garbelino significa una baja en las filas del tercer sector que comanda el senador Hugo Berthet, titular del bloque justicialista que se opone a la candidatura de Urribarri. Hay que recordar que el representante del departamento San Salvador en la Cámara Alta fue la figura convocante, junto al diputado Enrique Cresto y el intendente de Concordia Juan Carlos Cresto a un encuentro que la semana anterior se realizó en el Club Talleres de Paraná.

Paralelamente, el intendente Solanas aprovechó el hueco de actividad que dejó la postergación del encuentro con Busti para recibir al dirigente gremial de los municipales, ex jefe de Gabinete de la Nación y ex ministro de Trabajo, Alfredo Atanasoff. El ex titular de la cartera laboral estuvo acompañado por el secretario general de los empleados municipales locales, Hugo Vázquez.

Un dato importante es que -en el aniversario del fallecimiento del ex Presidente Juan Domingo Perón- el dirigente gremial paranaense se volcó hacia el acto que realizó Solanas en Paraná y no Busti en San Benito. La cuestión podría indicar que más que sumar una adhesión, el intendente paranaense se estaría evitando un opositor que le puede complicar amargamente los días por venir.

(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)