Distintos ámbitos rurales y pueblerinos del interior entrerriano sirven de escenografía para que un mundo de personajes se desenvuelva en las tramas que va tejiendo la pluma de Gaspar Carlino. El hombre soñaba que era Dios es una serie de cuentos escritos en una narración clara y precisa, despojada de ornamentos expresivos, para centrarse específicamente en las acciones y las reflexiones de los protagonistas de cada pieza. El libro lleva como título el del cuento que encabeza la primera de las tres secciones: Cuentos, Historias Mínimas y Las insólitas historias y andanzas de Vitorio. En total, 28 textos donde se destacan algunos como La visita, Ramón sin cejas, El niño que conoció a su madre, Una hoja en la tormenta, entre otros, y la zaga final de Vitorio.
Humor, anécdotas, costumbres, psicologías complicadas en el medio de contextos con dinámicas lentas, propias de lo rural que estimulan la lectura, aparecen en este libro publicado por la Editorial Dunken.
Carlino tiene una vasta obra literaria que seguramente no se agotará con este libro. Es la otra faceta del hombre político.
Esa otra faceta comienza en su biografía, que cuenta que nació en Monte Caseros, Corrientes, en 1924. En esa ciudad transcurrió su infancia y cursó la escuela primaria. Los estudios secundarios los realizó en el histórico Colegio de Concepción del Uruguay. Fue interno de La Fraternidad, el tradicional hogar de estudiantes para quienes provenían del interior. Luego se trasladó a Rosario, donde ingresó a la Facultad de Medicina y se recibió de médico cirujano; por lo que fue practicante mayor y médico del Hospital Provincial de esa ciudad. En 1958 se instaló en Cerrito, donde fue médico del sanatorio privado en el que desarrolló su actividad profesional hasta su retiro. Desde la medicina también fue director de los hospitales provinciales de Cerrito y Pueblo Brugo y de los dispensarios públicos de Puerto Curtiembre, El Pingo y Aldea Santa María. Este recorrido trae consigo un contacto con la gente que se evidencia en su prosa, animada de realismo y costumbrismo.
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