S. M.
Ungido como presidente del Concejo Deliberante de Paraná al inicio del actual período, el edil Pablo Biaggini cultiva un extraño bajo perfil para el cargo que detenta. Sin grandes antecedentes de participación política y proveniente de una línea interna ajena al del intendente José Carlos Halle, su lugar al frente del cuerpo ha despertado algunas suspicacias entre sus mismos partidarios, aunque reconoce que el vínculo con el presidente comunal es de trabajo cordial y muy productivo. En una suerte de balance de los primeros meses de gestión, dio cuenta del estado económico del órgano deliberativo. En este sentido, apuntó al gran despilfarro producido en la anterior administración y señaló que su labor se ha centrado en el ordenamiento. Cargando con una pésima imagen social del cuerpo, el concejal se esperanzó en que la misma se revierta por el trabajo de los actuales legisladores. Del mismo modo, defendió algunas polémicas medidas como prorrogar el mandato de la defensora del Pueblo y la creación de entes autárquicos.
Una gestión pulcra y eficaz es tal vez la mejor arma que exhibe el presidente del Honorable Concejo Deliberante de Paraná, Pablo Biaggini (PJ) a seis meses de mandato. No es poco para un municipio que en los últimos años fue arrasado. Igualmente, los adelantos que se puedan reconocer, no dejan de percibirse como ajenos a las problemáticas que los vecinos padecen diariamente. De todas formas, el edil insiste en que este es un camino para “reconciliar” a la sociedad con la política municipal. Es por eso que exhibe entusiasmado las transformaciones en materia de organización administrativa implementada. Haciendo vértice en la participación y capacitación de los trabajadores municipales, así como en implementar sistemas de software para el seguimiento de expedientes, recopilación de normas y bases de datos, Biaggini pronto pretende encabezar “un Concejo de avanzada”.
–¿Qué balance puede hacer en estos meses al frente del Concejo Deliberante?
–Es un proceso nuevo que arranca con una pesada herencia. Pero uno accede a la función pública, no solamente para hacer un inventario de lo que recibe sino para fijar objetivos y pautas transformadoras que mejoren la situación en que se encuentra el estado de cosas que le toca administrar. Obviamente que el Concejo Deliberante no está ajeno a la realidad municipal ni a lo que era en diciembre, con dificultades para pagar salarios, gastos excesivos y se había perdido un poco lo que era la cadena de mandos. Lo primero que se hizo fue un reordenamiento económico, financiero y administrativo del municipio. Principalmente el gasto más fuerte que tiene el Concejo Deliberante es en personal.
–¿Cuánto personal tenían cuando ingresaron?
–Nosotros nos encontramos que (del cuerpo) dependían unas 300 personas de planta permanente y se gastaban unos 350.000 pesos mensuales en contratos de locación de obra. Lo que hicimos fue achicar la planta permanente mediante la transferencia, que se comenzó en la administración anterior, de 100 personas con la asignación al Departamento Ejecutivo, y quedaron cerca de 200 personas. Se hizo un congelamiento de toda clase de designaciones, fruto no sólo de la ordenanza de emergencia sino de una disposición interna por la que no se iba a designar ni recategorizar personal durante este año y la prohibición de realizar designaciones en planta y contratos de locación de servicios, que en el ámbito de la administración de la Municipalidad adquieren estabilidad por el mero transcurso del tiempo. Y se hizo una drástica reducción de las contrataciones por locación de obra casi a la mitad. Así tenemos una erogación de 170.000 pesos mensuales.
–¿Y cuál es el presupuesto general?
–Va a ser superavitario, es uno conducido. En teoría tendría unos 16 millones de pesos anuales, pero en la práctica eso no va a ser así, porque se pusieron pautas de reducción de gastos muy estrictas en cada uno de los renglones. Entonces va a haber un superávit importante. En materia de contrataciones políticas, la reducción sólo en este rubro va a ser de 2 millones de pesos anuales, lo cual es una cifra más que importante. A eso se suma una fuerte reducción en materia de gastos en viáticos. Al día de hoy, el Concejo Deliberante ha gastado cero pesos en viáticos. Y en publicidad, que se gastaba mucho, tampoco hemos hecho erogación alguna. Si bien en algún momento lo haremos, no será con el grado de amplitud que había anteriormente. Cualquier meta que nos hayamos fijado en reducción en cualquiera de estos rubros ya lo hemos cumplido, ya que nos habíamos impuesto en 30 por ciento de reducción.
–¿Ha quedado alguna deuda?
–Deudas importantes no, porque el Concejo, salvo estos rubros, no ha tenido mayores gastos y por la ordenanza de emergencia establecimos procedimientos de verificación de acreencias en el ámbito del Departamento Ejecutivo, donde el que las tuviera se presentara, justificara y luego se realizara la erogación. Hay que tener en cuenta que el cuerpo no tiene dirección de presupuesto propia ni tesorería propia. Toda la imputación presupuestaria y el libramiento de pagos están en el ámbito del Ejecutivo. Si hay alguna materia pendiente es algo de publicidad, pero ya fue abonado. La gestión de (el intendente José Carlos) Halle (PJ), lo primero que hizo fue poner en orden las cuentas públicas y cancelar los pasivos heredados.
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