Silvio Méndez
A poco de terminar el período estival, la comuna paranaense continúa con los operativos para controlar el horario de cierre de bares y pubs. A la gran polémica desatada tras imponer una temprana hora de cierre en este tipo de establecimientos le siguió una flexibilización de la medida que iba de la mano del consentimiento de los vecinos contiguos a estos negocios. Aun así, las habilitaciones que extienden el tope no han sido completadas administrativamente y los empresarios del ramo reconocen importantes pérdidas por la iniciativa municipal. Oficialmente, también se informó sobre la implementación de controles sobre la venta de alcohol a menores, aunque por razones operativas no abarcan a la totalidad de la ciudad.
En un ingenuo y conservador intento por regular la vida cultural nocturna, la Municipalidad de Paraná puso en vigencia a principios de año el decreto Nº 1.754/08 por el cual se imponía un tope horario al funcionamiento de bares y pubs. La idea, según manifestaron funcionarios, era en post del “interés general y la convivencia”, argumentó el secretario Legal y Administrativo, Alejandro Cánepa. En concreto, la normativa obligaba a cerrar este tipo de negocios a las 2 de la mañana de lunes a jueves y a las 3.30 los viernes, sábados y vísperas de feriados.
La absurda disposición que restringía aún más la oferta de propuestas para una ciudad que se precia de pretender atraer al turismo, así como cercenaba la libre elección de las modalidades de diversión de la ciudadanía, fue ampliamente resistida por los empresarios del ramo. Luego de una serie de protestas y presentaciones legales por parte de los dueños de los bares que no tuvieron eco en la Justicia, la comuna dio marcha atrás y emitió un nuevo decreto, el Nº 21/09, por el cual modificó los horarios impuestos anteriormente.
La nueva resolución instauró que el horario de funcionamiento de los locales habilitados como bares y pubs (“con difusión musical por aparatos electrónicos y/o números en vivo, sin actividad bailable”) se pueda extender hasta las 3 de la madrugada de lunes a jueves y hasta las 4 los viernes, sábados y vísperas de feriados. Además, se agregó, estos negocios podrían ampliar su apertura hasta las 6, siempre y cuando cuenten con una “licencia social” o apoyo de un 70 por ciento de los vecinos linderos hasta 50 metros a la redonda donde los hubiere. La misma rectificación imponía a su vez que los comerciantes deberían renovar periódicamente este consentimiento para el desarrollo extendido de su actividad.
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