D. E.
El presidente del Superior Tribunal de Justicia, Daniel Carubia, sorprendió esta semana con un discurso de neto corte político, en la inauguración del edificio judicial de Chajarí, al que fue especialmente invitado por el gobernador Sergio Urribarri, con quien nunca tuvo una relación amistosa. Desde el Poder Ejecutivo entrerriano se busca un acercamiento con el alto cuerpo para evitar que algunas sentencias profundicen los conflictos gremiales. Mientras tanto, el gobierno no tiene definido quién será el próximo secretario de Justicia, ni el cargo de subsecretario del área. A su vez, tendrá que resolver quién reemplazará al vocal Juan Carlos Ardoy, que se jubilará el próximo 30 de junio. Los nombres que más suenan son los de Rubén Efraín Cabrera –apoderado del PJ– y el del procurador general, Jorge García.
La foto del presidente del Superior Tribunal de Justicia (STJ), Daniel Carubia, cortando las cintas del edificio cívico de Chajarí, con el gobernador Sergio Urribarri, a poco menos de 50 días de las elecciones, fue una imagen fuerte. La última vez que el otro hombre fuerte de Concordia había sido observado en una instancia parecida había pasado casi desapercibido. Aquella de 2007 era también una inauguración, en su ciudad de origen, de otro edificio del Poder Judicial, pero la figura de Carubia pasó casi inadvertida, en medio del andar de cada uno de los componentes del STJ, a excepción de Carlos Chiara Díaz. En la Concordia de Jorge Busti, de Carubia y del entonces ministro de Gobierno Sergio Urribarri, muchos siguieron más los movimientos del flamante vocal Emilio Aroldo Castrillón, después de presidir el bloque de diputados provinciales del PJ en buena parte de la gestión bustista, que de cada uno de los principales referentes del poder de esa ciudad.
El único que cuestionó la situación fue el ex camarista Felipe Celli. “Es un hecho grave”, afirmó el ex magistrado. Nadie salió a contestarle, pero en el oficialismo sus dichos cayeron mal. “Era parte del Ceremonial; del protocolo del acto. No se lo podía no invitar al presidente del STJ que, precisamente, hacía varios años estaba reclamando por esa obra”, se indicó a ANALISIS. Cabe acotar que, además de Carubia, estaban los vocales Claudia Mizawak –ex fiscal de Estado de Busti–, Germán Carlomagno y Bernardo Salduna, que había sido invitado por autoridades judiciales de Chajarí.
Lo cuestionable quizás no pasa por la presencia de Carubia en el acto oficial –máxime si se tiene en cuenta que ese lugar favorecerá a la administración de Justicia de Chajarí y zona de influencia–, sino por el tono del discurso que hizo al momento de hablar, puesto que no es usual. En los años de democracia, desde 1983 a esta parte, no se recuerda que un titular del alto cuerpo judicial hable de esa manera.
En su discurso, en el acto que se hizo fuera del edificio, con micrófonos, parlantes y poca gente, Carubia –de acuerdo al parte oficial– hizo referencia “al progresivo aumento de la litigiosidad judicial en las últimas décadas y a los vaivenes de la realidad económica de nuestro país que concluyó con una profunda crisis financiera e institucional a inicios de esta década”. Y acotó: “Luego, sobrevino la calma, la hora de sanear las cuentas públicas y de comenzar la trabajosa reconstrucción institucional. No ha sido fácil la tarea ni ha concluido, pero hemos contado con la mejor predisposición del poder político para ir aplicando paliativos a los problemas que aquejan la justicia provincial”. Fue más allá al agregar: “Estamos en el buen camino, y prueba de ello, es esta hermosa realización para realizar actividades judiciales dotada de modernos elementos e informatizado con la más moderna tecnología”, señaló, antes de agradecer la especial predisposición de la Comisión Administradora para el Fondo Especial de Salto Grande (CAFESG) que financió la obra.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)