Por A.S.
-Buenas...
-Ah ¿cómo anda? Ya extrañaba su llamada.
-Pues yo ando muy bien. Empieza a gustarme estar en esta provincia tan amable, tan pintoresca... En este momento estaba terminando un informe sobre el avance tecnológico de la provincia y quería pedirle ayuda.
-Diga, si está a mi alcance...
-Quisiera que me dijera desde cuándo se puso en marcha en Entre Ríos este notable sistema de “e-government”, podríamos decir incluso “self-e-citizen-government”, dado que la experiencia de administración digital, de “electronic empowerment” que impulsa el gobernador, es de avanzadísima.
-¿De qué demonios está hablando? ¿Qué mosquito con dengue lo picó?
-¿Cómo de qué estoy hablando? De Iribarren y su ofensiva digital, que lo ha puesto a la cabeza en el uso de las tecnologías de la información y la comunicación en la incorporación de la ciudadanía a las decisiones democráticas.
-Urribarri. Y disculpe, pero en serio no sé de qué habla. Sea más específico.
-¡Pero hombre! Todo el Cono Sur lo ha visto ¡el sitio web de Urriburri! Un formidable espacio de comunicación con la ciudadanía, moderno, actualizado, interactivo, hipertextual, dinámico y renovador.
-Urribarri. Sí, ahora sí, pero me parece que exagera un poco. Yo entré ayer y no es para tanto. Hay algunas frases “célebres” y un videíto en el que manda saludos a los televidentes. Parece un programa de esos que abundan en los cables porteños.
-Usted siempre con su visión negativa. Le aseguro que esa vía es muy útil, la ciudadanía ahora se siente más cerca de su mandatario y con mucha más confianza en su gestión
-¿Le parece? ¿Por tener a Urribarri en la web, en el facebook, el flickr, el twitter, el youtube y el rss se mejora la democracia? ¿Y es un ejemplo de gobierno electrónico? ¿Por tenerlo en el celular o por mirar “UrriTV”?
-Ni lo dude.
-Yo preferiría por ejemplo, que en el sitio oficial del Gobierno estuviera la ejecución diaria del presupuesto. O el listado de todos los funcionarios y empleados con sus remuneraciones completas... Eso sería democracia electrónica.
-No delire, hombre. Eso no existe.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)