Pablo Rochi
Días atrás la localidad de Lucas González estuvo de festejo. Esta ciudad de la provincia de Entre Ríos cumplió 122 años de vida, tras haber sido fundada el 20 de abril de 1888. Según cuenta la historia, uno de los tantos inmigrantes que llegó a este lugar, llamado Pedro Cinto, fue quien donó los terrenos para que se emplazara allí la estación de ferrocarril que llevó el nombre de Lucas González en homenaje al gerente de la compañía que construyó el trazado de las vías desde Paraná hasta Concepción del Uruguay.
Lucas González, pequeño pueblo de nuestras tierras, tiene también una célebre historia deportiva que se relaciona con uno de sus personajes más conocidos y que con el fútbol logró trascender a nivel mundial. Se trata de Enrique Guaita, aquel futbolista que se hizo conocido en Estudiantes de La Plata y en Racing Club, que por sus habilidades llegó a jugar en la Roma y que por contar con doble nacionalidad representó a la Selección Nacional y a la de Italia. Justamente, con la azzurra se consagró campeón del Mundo en 1934.
Guaita nació en Lucas González el 15 de julio de 1910 y falleció el 10 de mayo de 1959. Según relatos de la época, este entrerriano fue un extraordinario futbolista. Se desempeñaba como delantero y por sus cualidades tuvo el orgullo de ser parte de los planteles de Estudiantes de La Plata y Racing Club de Avellaneda. Como si fuese poco, alcanzó la gloria siendo jugador de la Roma de Italia.
El arco entre ceja y ceja
Enrique Guaita, apodado y conocido como El Indio, llegó a Estudiantes de La Plata en el momento que el fútbol argentino lidiaba entre el amateurismo y el profesionalismo.
En El Pincharrata se desempeñó como puntero izquierdo, integrando la famosa delantera denominada Los Profesores junto a Alejandro Scopelli, Miguel Ángel Lauri, Alberto Zozaya y Manuel Ferreira. Con la camiseta de Estudiantes jugó hasta 1933. En este club se consagró subcampeón en el último torneo amateur de Primera División, allá por 1930. Al año siguiente, con el elenco platense fue protagonista y concluyó en el tercer puesto. En sí fue una gran campaña, y a pesar de no coronarse campeón Estudiantes mostró sus dotes goleadores, convirtiendo 104 tantos, siendo el equipo más efectivo del certamen.
En 1934 Guaita fue transferido por dos temporadas a la Roma de Italia. Su experiencia fue corta pero intensa y positiva. En su paso por el club romano tuvo el orgullo de convertirse en el máximo goleador de la Serie A en la temporada 1934/35. El entrerriano anotó 31 goles, una faena única. Su tarea fue extraordinaria, tal es así que según las estadísticas el registro de goles alcanzado por Guaita constituye un récord absoluto para un torneo de 16 equipos en el fútbol italiano, lugar donde se lo conoce como El Corsario Negro. Tras dos temporadas en la Roma, el hombre de Lucas González volvió a la Argentina en 1936. Lo hizo para jugar nada más y nada menos que en Racing Club. En el conjunto de Avellaneda jugó durante dos temporadas. Fue en el campeonato de 1936 y 1937. Luego, y tras los muy buenos recuerdos dejados en su primer paso, Guaita retornó a Estudiantes de La Plata, donde cerró su campaña deportiva jugando en el certamen de 1938 y 1939.
De selección
Enrique Guaita fue un futbolista de selección. Uno de los argentinos que tuvo la posibilidad de representar a su país de origen y a la nacionalidad de su familia.
Por los resultados registrados y por el significado que alcanzó, este futbolista entrerriano dejó más recuerdos con la azzurra que con la celeste y blanca.
Con la Selección Argentina estuvo presente en 10 encuentros, donde marcó cinco goles. Estando en Italia y siendo jugador de la Roma, Guaita consiguió la doble ciudadanía. Con los papeles en regla y tras consagrarse máximo artillero de la Liga Italiana, Guaita fue convocado para jugar con Italia el Mundial que justamente se realizó en ese país en 1934.
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