Silvio Méndez
La semana pasada una protesta del Foro Ecologista Paraná, la Asamblea por el Problema de la Basura y vecinos autoconvocados logró concitar la atención de la opinión pública respecto al desmonte que cuadrillas municipales ejecutaron en el Parque Nuevo. El hecho, en que se registraron incidentes con los activistas y amenazas a la prensa que cubría el suceso por parte de un funcionario municipal, no pudo ser impedido del todo, pero un recurso ante la Justicia logró una medida cautelar. Hasta tanto se resuelva una sentencia definitiva, la Cámara III Sala II de Paraná con competencia Civil y Comercial (a cargo de Edgardo Mario Cossy, Ana María Stagnaro y Valentina Ramírez Amable –secretaría de Sandra Ciarrocca–), dictaminó el cese de “todo movimiento, extracción y retiro de tierra y/o broza, y de los desmontes” en ese paseo público. La medida se fundó conforme a la ordenanza Nº 8.725/07, que declara área natural protegida a esa zona.
Los “trabajos" oficialmente fueron consumados con el objetivo de que el espacio sea “recuperado como lugar de esparcimiento”, pero realmente fueron devastadores. Se arrasó con árboles, matas y césped autóctonos, poniendo en serio riesgo de derrumbe sectores de pendiente al dejar la tierra pelada. Pero este tipo de nefastas intervenciones no sólo se registra sobre sectores específicos, sino que se ha observado también en el sistema de podas de estación que ha realizado la comuna sobre árboles en distintas calles de la ciudad.
Criterios
Un registro sobre la mutilación de especies arbóreas en el casco urbano se ha venido conformando por interesados y estudiosos en la temática, que pretenden hacer un llamado de atención sobre la pérdida que significaría esta situación para la calidad de vida.
En diálogo con ANALISIS, Maximiliano Elberg, vecino e integrante de la Asociación Amigos del Parque Berduc, explicó en principio que para realizar cortes sobre los árboles se debiera tener en cuenta que poseen varios tipos de ramas: primarias, secundarias y terciarias, según sea su relación con el tronco. Entonces, si se realiza una excesiva poda de las ramas primaras –las primeras que nacen sobre el tronco-, se pone en riesgo las secundarias y terciarias, con lo cual la planta se seca, porque la cantidad de sabia que produce no tiene ramas dónde derivarla, por lo que se ahoga y probablemente muera. Este tipo de poda nociva, justamente, es la que se observa en las calles de Paraná. “Según el relevamiento, en calles Victoria, Nogoyá, Rivadavia, Urquiza, Cervantes, Feliciano, Garay y muchas más hay un criterio de poda donde se pone en riesgo el árbol y puede morir tranquilamente, o no dar sombra o producir oxígeno en el nivel que se lo necesita. Creo que esto no es sustentable.
Además, hay un criterio de extracción del árbol, cuando se autoriza, por un pedido de un vecino, la realización de una obra o cualquier motivo, pero no hay reposición. Si el árbol era muy grande o ponía en riesgo a la población, toca un cable o se puede caer en una casa –caso de un palo borracho por ejemplo-, debería haber una reposición con un árbol más adecuado. Esto está estudiado. El estudio de la ingeniera María Laurencena (El árbol en la ciudad, UNER – Municipalidad de Paraná) es contundente respecto a qué especie se puede poner, está el relevamiento y fue entregado al municipio en su oportunidad a Julio Solanas”, recordó Elberg.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)