Jorge Riani
Con fondos de las jubilaciones, el gobierno lanzó una extraordinaria línea de créditos para la construcción de viviendas, pero sin embargo en Paraná casi no hay terrenos accesibles para la clase media.
Ya para la construcción de planes de viviendas sociales el escollo que históricamente encontraron los municipios fue la falta de tierra donde levantar las casas. Paraná no es excepción a la situación que afecta a gran parte de los municipios argentinos, y como consecuencia de ello uno de los más importantes planes de desarrollo habitacional debió realizarse en la localidad lindante a la capital entrerriana, Colonia Avellaneda. Unas 600 familias paranaenses debieron trasladarse hasta ese municipio y otras 350 lo harán próximamente para acceder al sueño de la casa propia.
Por estos meses, el Instituto Autárquico de Planeamiento y Vivienda de Entre Ríos (IAPV) está convocando a interesados en adjudicarse una de las 350 casas que se construirán en Paraná, pero el gran despliegue de futuras casas volverá a ser Colonia Avellaneda, porque en la capital faltan terrenos disponibles.
Sin embargo, todavía es posible ver en los planos de la ciudad manchones de verde en medio de enclaves urbanos, lo que representan grandes extensiones de baldíos que se encuentran concentrados en pocas manos.
Una observación minuciosa sobre los terrenos urbanos desocupados permite descubrir que hay 2.655 terrenos mayor a 3.000 metros cuadrados en plena urbanidad paranaense, contando los de propiedades privada y pública. De esa extensión, tan sólo el 17,1 es de propiedad de algunos de los tres estados que conviven: nacional, provincial o municipal; mientras que el resto está en manos privadas.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS del 16 de mayo de 2013)