Álvaro Moreyra
En un fútbol exportador como el argentino es necesario realizar un buen reclutamiento de jugadores que con el correr del tiempo se conviertan en patrimonio del club. Por duro que suene, el futbolista se transforma en una mercancía para que en un futuro, cercano o lejano, la institución que lo cobijó lo venda con la intención de recuperar y obtener mayores beneficios, léase ganancias, en relación al dinero que alguna vez invirtió.
En la Argentina clubes de la talla de Newell’s de Rosario, en el interior, o en Buenos Aires, Argentinos Juniors, históricamente se caracterizaron por formar y generar jugadores bajo la premisa de mantener a la institución con la venta de algunos o varios de ellos. En la captación de jugadores mucho tienen que ver entrenadores que a veces pasan inadvertidos. De hecho, muchos de los que aman al deporte más convocante en el país ignoran que cada club posee una subcomisión de fútbol infantil que se encarga de las categorías formativas y que ahí existen entrenadores que se dedican pura y exclusivamente a detectar talentos.
Básicamente, lo que hacen es observar, no mirar, y con un ojo agudizado captan a un jugador con proyección prácticamente al mismo instante de tomar contacto con la redonda. Sin dudas que se trata de un sentido especialmente entrenado, algo que se va adquiriendo con el paso del tiempo y también con el propio trabajo.
Ojo clínico que le dicen. No cualquiera está capacitado para eso y por más sencilla que parezca la tarea, no lo es. Estos coach deben observar miles de jugadores en dos o tres jornadas y agudizar la vista para no perder al futbolista que aparece en esa camada.
A continuación una de los poemas escritos por Abel Almada:
Pueblero de pago chico
Soy pueblero de pago chico
de ausencias y despedidas
de adioses inevitables
y lágrimas de madres tristes.
Soy parte de aquel silencio
de las calles solitarias
esperando navidades
para poder ser andadas.
Soy pueblero de pago chico
ese que se quedó llorando
cuando el último de los changos
voló buscando otros cielos.
Soy aquel que está añorando
recuerdos que ya se fueron
aquel que todas las noches
mira el camino que un día
se llevó a todos sus hijos
dejándole el alma vacía.
soy la tristeza infinita
soy recuerdos sin memoria
soy la distancia que duele
soy paisano de este pago
y en este pago me quedo.
Abel Almada
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS del 26 de septiembre de 2013)
