Soledad Comisso

—¿Por qué vino a vivir a Entre Ríos?
—Porque luego de recibirme quería desarrollar un perfil de doctor que era el que me gustaba, que es el de médico de familia. En ese momento me vine con mi mujer y mi hija mayor que entonces tenía seis meses. Fue difícil al principio, porque en general cuesta ganarse la confianza de la gente, pero con el tiempo sucedió y aquí estoy disfrutando de la profesión.

—¿Cómo comenzó a interiorizarse en la cuestión ambiental?
—Empecé a notar un perfil en las enfermedades que sufrían mis pacientes y vi que habían tenido un cambio y que lo que había cambiado era la presencia de soja transgénica. En general, lo que más noté fue la pérdida de chicos durante el parto sin motivo aparente. Bebés que nacían muertos; eso fue algo conmocionante que me hizo salir a advertir sobre los riesgos que estábamos sufriendo por el uso de los agroquímicos.

—¿Cuándo empezó a visualizar esta situación y cómo fue recibida su advertencia?
—En el año `97 o`98 más o menos empezó esto. En general recibí muchas críticas. Recuerdo que en una entrevista que tuve con un colega que estaba en la Secretaría de Salud me trató de “extremista”, y yo lo único que estaba haciendo era cumplir con mi deber de médico, que es el de advertir sobre los riesgos de la salud de algunas cosas, como a veces se hace advirtiendo sobre la vida sedentaria o con el consumo de sal también.

—¿A lo largo del tiempo fue recibiendo más apoyo?
—No es que haya recibido apoyo, sino que ahora hay grupos de gente movilizada que me convoca a dar charlas, pero desde el Estado o de parte de políticos no recibo ningún tipo de apoyo. El único que me apoyó fue el Partido Socialista (PS) cuando me convocaron para ser convencional constituyente en el año 2008.

(Más información en la edición gráfica número 1032 de ANALISIS del 05 de noviembre de 2015)