En estos cuatro años, el programa Artistas en el Concejo buscó promover acciones e iniciativas de comunicación directa con el objeto de impulsar el desarrollo local y la democracia participativa de manera colaborativa y como una forma de cohesión social de las distintas organizaciones, de intercambio de saberes, experiencias y modos de abordar los temas de interés social y comunitario.

Dentro de los alcances de esta propuesta también se definió que el Concejo Deliberante pudiera contribuir y promover el acercamiento e intercambio entre las diferentes expresiones culturales, a través de la realización y desarrollo de manera conjunta de actividades en el ámbito de las artes y la cultura, que aporten mejoras al desarrollo comunitario y social de la ciudad.

Sobre los inicios de la propuesta, Sandra Miguez cuenta: “Primero empezamos más que nada como una forma de comunicación directa, que estaba bueno generar un espacio donde la institución se vinculara directamente con el ciudadano que requiere sus servicios, y tomando el espíritu de lo que es el Concejo Deliberante, un espacio donde se delibera, se debate y demás. Lo que se pensó es que a través de otros recursos, como las expresiones artísticas, se pudiera hacer una suerte de foro como era el ágora, un espacio donde se pudiera debatir y surgir nuevas ideas. Sobre todo, el espíritu particularmente era que muchas veces, por desconocimiento entre lo público y lo privado o entre los mismos sectores artísticos, había como una suerte de recelo o una cosa así, y la idea fue que al integrarlas todos vieran que estábamos en las mismas condiciones. Tanto el que hace una batucada en un barrio periférico de la ciudad como el que pudo exponer en una galería de arte, y todos juntos podían ofrecer una propuesta enriquecedora”.

(Más información en la edición 1034 de la revista ANÁLISIS)