Hugo Remedi
—¿Por qué se convirtió el radicalismo provincial en un partido de dirigentes tibios?
—No comparto la generalización. Hemos pasado mucho tiempo con poca representación y a veces es difícil hacerse oír en algunos medios. La crisis post (Fernando) De la Rúa también nos golpeó mucho y, evidentemente, nos costó recuperarnos, recuperar la confianza en nosotros mismos y la confianza de la sociedad hacia la Unión Cívica Radical.
—¿Por qué dejan que Rogelio Frigerio les maneje la vida?
—¡No nos maneja la vida! Él hace su juego. Nosotros lo hemos cuestionado puertas adentro, como corresponde; en lo personal, ni el teléfono de Frigerio tengo.
—¿Ves a Gustavo Bordet arrodillado ante Macri por culpa de la herencia que le dejó la gestión de Sergio Urribarri?
—No quiere o no puede reconocer lo que heredó. Eso lo pone en un lugar complicado, no solo a él, sino también a la provincia.
—¿Pensás que Urribarri o alguno de sus funcionarios pueden terminar condenados?
—Creo en la Justicia y espero no me defraude.
—¿Por qué le tienen miedo a la interna si, aunque logren consensuar, después se pelean y se dividen?
—No le tenemos miedo. Nuestro partido es eminentemente deliberativo y democrático, y está bueno que así sea. En lo personal creo que no es éste el momento para internas. La sociedad está esperando otra respuesta, no una contienda electoral de un partido. Y en cuanto a las peleas y divisiones, son materia pendiente; si no aprendimos hasta ahora lo que no tenemos que hacer, no crecemos más.
(Más información en la edición gráfica número 1046 del jueves 8 de septiembre de 2016 de ANALISIS)