Por Juan Cruz Butvilofsky

Los crímenes en ciudades chicas suelen tener un impacto mayor. Seguí es una pequeña localidad, considerada como “ciudad” hace tan sólo unos años,es una comunidad compuesta por alrededor de cinco mil habitantes. Es lógico que un asesinato impacte de manera significativa en esa comuna. Mucho más si se trata de una persona querida por el pueblo. Tal es el caso de Julio Trossero, joven tambero de 28 años que fue asesinado en el marco de un asalto en la casa donde vivía junto a su madre.

Todo aquel vecino que habla de Julio lo hace bien. Coinciden en destacar su cualidad de trabajador, generoso y preocupado por lo que le sucedía al de al lado.

Aquel sábado por la noche, Julio escuchó ruidos y acudió en defensa de su madre que estaba siendo atacada por dos ladrones que buscaban dinero.Trossero recibió un golpe en la cabeza y tras unos días en el Hospital San Martín de Paraná, falleció producto del crimen.

Por la muerte de Julito están bajo prisión preventiva dos personas: Rodrigo Leiva y Martín Olmos. El primero, de 27 años, vive en Seguí y era conocido en el pueblo por tener un historial delictivo. De hecho, hay una muerte de características muy similares a la de Trossero, la de Hugo Kriger. En ese homicidio Leiva estuvo implicado: “Fue el que llevó a Hugo a ese lugar”, relató un vecino. Sin embargo, la Justicia no encontró prueba que muestre la culpabilidad de Leiva en ese hecho. Por su parte, Martín Olmos (35 años) es familiar de Leiva y vive en Viale. En ambos casos, no tienen un trabajo fijo.

El fiscal que lleva adelante la causa es Gervasio Labriola. Además, la familia de Trossero encontró la representación del abogado penalista Rubén Pagliotto, para que ejerza la querella. De esa manera, la investigación judicial avanza en determinar verdad sobre lo que sucedió aquella noche en Seguí.

Pero hay una serie de rarezas que alertaron a la comunidad y donde se entreveran cuestiones político-partidarias y rumores sobre narcomenudeo.

El primer señalado es el intendente de dicha localidad, Cristian Treppo. El accionar del presidente municipal fue cambiando a medida que corrían los días y el hecho tomaba relevancia provincial.

El poblado de Seguí manifestó su reclamo de justicia en una serie de movilizaciones que convocaron a la mayoría de la comuna. Las calles fueron copadas por el silencio, el dolor, el respeto y la bronca. A través de redes sociales, los ciudadanos se encontraron de manera espontánea y demostraron un genuino acompañamiento a la familia de Trossero.

Sin embargo, Treppo realizó una polémica interpretación de las primeras dos marchas y las calificó de “políticas”. Trossero era colaborador o militante a medias de Cambiemos Seguí, eso es verdad, pero el pueblo de la pequeña localidad ubicada a 55 kilómetros de Paraná salió a las calles movilizado por el dolor que causó la muerte de uno de los suyos.

Además, desde el municipio se realizó un registro persecutorio de las movilizaciones. Empleados de la Municipalidad sabían que las autoridades no consideraban positivo que asistan a las marchas. De hecho, una empleada vio afectada su habitual tarea de trabajo y la corrieron del lugar cotidiano porque asistió a una de las movilizaciones que reclamaron justicia. Miedo, aprietes y cuestiones que la realidad se empecina en mostrar como habitual.

También se conoció que hubo presiones para aquellos beneficiarios de programas sociales o materiales que desde el área de Desarrollo Social del Municipio se les entrega a personas que lo necesitan. Ninguno podía participar de las movilizaciones.

El cambio de actitud de Treppo se vio forzado por la movilización de la gente. A tal punto fue que el intendente debió torcer el brazo, que tuvo que recibir a los vecinos que se manifestaron frente a su oficina.

Ese grupo de manifestantes tenía un portavoz improvisado, un vecino llamado JuanSautier que había ocupado el rol de voz cantante de las primeras movilizaciones. Cuando fueron recibidos por Treppo, el intendente le prometió que lo llevaría a la reunión con el ministro de Gobierno Mauro Urribarri. Así fue: el presidente municipal de Seguí, cargó aJuancito y lo llevó hasta la Casa Gris. Los vecinos relataron que tras ese encuentro, Sautier “bajó los ánimos” y ya no impulsó las movilizaciones como al principio.

A pesar de esto, las marchas siguieron siendo contundentes. De hecho -según registró ANÁLISIS en el lugar- una importante columna de ciudadanos acompañó los restos de Trossero hasta la misa de despedida y su posterior entierro en el cementerio de la zona.

(Más información en la edición gráfica número 1065 de la revista ANALISIS del jueves 24 de agosto de 2017)