La aparición de animales silvestres en áreas urbanas fue uno de los fenómenos del que no escapó ningún punto del planeta en los momentos más duros de las restricciones por la pandemia de Covid-19. Pero lejos de ser episodios aislados o transitorios, el avistamiento de pequeños mamíferos como vizcachas, o incluso de mayor porte como ciervos se tornó noticia local cada vez más frecuente. En la región, en las zonas agrícolas, la presencia de jabalí también pasó a ser un gran problema por los daños en la producción. Desde la Asociación de Montería Criolla de Entre Ríos proponen abordar la problemática a partir de trabajar una regulación que permita su control.
Silvio Méndez
Desde su introducción de modo deliberado con fines de uso cinegético en la Argentina en la década de 1930 en el caso del ciervo Axis, y mucho antes desde la época colonial del jabalí europeo, las especies exóticas han encontrado terreno fértil para asentarse y reproducirse sin depredadores naturales en distintos puntos del país. Tan así que hoy se las considera invasoras, compitiendo con la fauna silvestre autóctona, produciendo daños en la flora por su alimentación e inclusive en los cultivos productivos. Hoy, dado su creciente número, estos especímenes tienen una presencia incluso en zonas urbanas y suburbanas, agravando el problema de su desborde poblacional.
Entre Ríos es una de los territorios con asentamiento de estos animales salvajes, donde han cobrado protagonismo en las noticias a partir de avistamiento recurrentes durante la pandemia pasada. Recientes casos de ciervos Axis en pleno de centro de Paraná o la ciudad de Gualeguay, por citar dos ejemplos, dan cuenta de situaciones que se presentan también con menos trascendencia en rutas como en la provincial Nº 11, donde han derivado en accidentes viales a altura de Colonia Ensayo. Pero estos fenómenos también se dan en lotes de siembra, al norte y centro de la provincia, donde cada vez más productores alertan de su problemática. Esta visibilidad da cuenta que del desplazamiento de las fronteras de áreas naturales donde hasta ahora han habitado. Pero también exhiben del desborde poblacional de estas invasoras exóticas que no encuentran un equilibrio en los ecosistemas, comenta en diálogo con ANÁLISIS el presidente de la Asociación de Montería Criolla de Entre Ríos, Cristian Wolf.
Para el conocedor y estudioso de estos animales, las etapas de implante de especímenes foráneos se las tipifica en una ya lejana introducción, para luego pasar a una etapa de adaptación y en un tercer período de expansión, que es justamente el que hoy se ve exacerbado. Wolf apunta que hoy no hay un registro oficial y detallado de la cantidad de individuos en la provincia, pero un síntoma que esta tercera etapa de expansión está desbordada es, justamente, cuando los se los ve en lugares poblados, o aparecen en los márgenes de las rutas transitadas, o se cruzan y producen colisiones e incluso ingresan a los casos urbanos, como ha venido ocurriendo desde el inicio de 2022. “No hay registro de la cantidad de ejemplares que han desbordado en su población. Lo que hay, sí, son indicadores de que se ha excedido en demasía, cuando se da cuenta de avistamiento en plenas zonas urbanas, se lo ve sobre las rutas e incluso en incursiones en domicilios”.
(La nota completa en la edición 1134 de la revista ANALISIS del jueves 15 de septiembre de 2022)
