Desde el exilio, el periodista Octavio Enríquez habló de la grave realidad de Nicaragua

Octavio Enríquez

El periodista de Nicaragua ganador de varios galardones internacionales como el premio Rey de España, Octavio Enríquez, recientemente exiliado de su país por razones de seguridad, habló de las dificultades que vive el pueblo nicaragüense con la dictadura de Daniel Ortega.

El periodista de Nicaragua ganador del premio Rey de España, Octavio Enríquez, recientemente exiliado de su país por razones de seguridad habló de las dificultades que vive el pueblo nicaragüense con la dictadura de Daniel Ortega.

En declaraciones realizadas al programa A Quien Corresponda (Radio De la Plaza), Enríquez afirmó que en su país “hay una presión irracional y generalizada” por lo cual decidió “salir como han salido miles de personas de Nicaragua”. “Somos más de 100.000 los que hemos salido después de 2018 y obviamente hay un hostigamiento judicial claro y dirigido hacia el periodismo nicaragüense, y por eso entendí que la única forma en que podía ser útil y seguir informando era desde afuera”, mencionó.

Como ejemplo de la situación del periodismo en Nicaragua, sostuvo que “casi ninguno de los periódicos tiene firma, casi en su mayoría el periodismo nicaragüense está afuera”.

“Por eso me moví y estoy bien, he sufrido algún golpe familiar porque mi hermano gemelo falleció por el Covid lo cual duele mucho más cuando se está en soledad. Pero he tratado de centrarme en seguir denunciando, estuve publicando a través de El Confidencial, que es mi casa editorial en Nicaragua y también hice algo que nunca antes había hecho que es participar en un programa de radio”, relató.

Al respecto, dijo que “es un logro muy grande que nadie del equipo se ha quedado callado y seguimos denunciando fuerte y firme en torno al apoyo a la democracia nicaragüense”.

Puntualizó que tuvo que “salir solo del país” sin la familia y explicó: “Tuve que salir porque se vivía una violencia irracional, el tema de mi familia no fue sencillo en el momento porque tuve que salir rápido”.  

Describió que la situaciones significa “un sentimiento de desarraigo terrible, porque uno sale no por gusto sino porque las cosas han empeorado tanto en que los gobernantes de Nicaragua llegaron a un punto irracional, es una dictadura que infunde un terror que es generalizado y por eso decidí ponerme a salvo para poder seguir informando”. “Estoy solo y obviamente eso pega pero traté de centrarme en el trabajo, contando las cosas que pasan. Me falta el canto de los pájaros de mi jardín, pero sigo trabajando duro”, refirió el periodista, que ha obtenido galardones nacionales de prensa escrita como los premios “María José Bravo”, “Rey de España” y “Pedro Joaquín Chamorro Cardenal”.

Aunque no pudo brindar detalles de su salida del país, comentó: “No salí por los puntos oficiales donde le quitan los pasaportes a la gente, salí con cuatro camisas, una mochila, algunos escritos y los años de experiencia que tengo haciendo periodismo. No es fácil el exilio pero he podido seguir trabajando y seguir activo”.

Asimismo, contó que solo cuenta “con el apoyo de amigos de muchos años pero sin la asistencia de organizaciones internacionales debido a la rapidez en que se debía tomar la determinación de salir del país”. “A veces vale más una amistad que ser millonario. Cuando uno se hace periodista sabe que en algún momento le puede tocar tener que salir de su país, pero el camino se hace más fácil cuando podes apoyarte en la gente que te quiere y que saben que estás haciendo lo correcto”, afirmó.

Comparó que “en la época de Zomoza había algo que se llamaba el periodismo de catacumba, donde los que hacían radio leían las noticias en tiempos de censura desde los patios de las iglesias. A nosotros nos ha tocado hacer periodismo de catacumba desde las redes sociales y los portales digitales”.

“Yo tenía dos opciones: quedarme callado, no decir nada, acomodarme y quedarme tranquilo o irme con mi mochila para seguir informando. Y decidí la segunda opción porque en algún momento dije que no iba a poder mirar a mis hijos a la cara si no contaba lo que estaba pasando, y soy fiel a eso”, definió.

Sobre la situación de su familia, aseveró: “Toda separación es difícil. El desarraigo es en dos sentidos: se pierde la patria y la familia, pero hemos tratado de sobrellevar las cosas, nos llamamos y hablamos, y ellos entienden perfectamente que mi movida es también para no ponerlos en riesgo. Aunque siempre hay un riesgo latente porque esta gente no tiene escrúpulos, la idea era resguardarlo”.

Consultado por las elecciones que se efectuaron el pasado domingo donde se proclamó electo Daniel Ortega y que estuvo  marcado por la detención de siete aspirantes presidenciales, la cancelación de tres partidos políticos opositores y el arresto de periodistas, empresarios, líderes sociales y otras figuras de la oposición, el periodista afirmó que “no fue nadie a votar y todo es una manipulación”.

Al respecto, explicitó que “estas no son unas elecciones, es un proceso de votación pero la gente no elige. Meses atrás comenzó un proceso de represión y desde mayo Ortega y el aparato que él controla en la Justicia –Fiscalía, jueces y demás- comenzaron una serie de investigaciones aplicando unas leyes represivas contra la oposición que aprobaron el año pasado, y capturaron a unas 39 personas, entre ellos siete precandidatos presidenciales que eran sus posibles rivales. Una de las razones por las cuales esta votación no es una elección es que Ortega ganó sin competencia política, porque a sus principales rivales los metió presos”.

Agregó que “quienes estaban en la boleta eran totalmente desconocidos y pertenecían a una serie de partidos que en Nicaragua llamamos “partidos zancudos”, que son colaboracionistas y participan en la ‘competencia electoral’ a cargo de cargos o de dinero del Estado, y la idea de que participen es que legitimen el proceso pero nadie los conoce”.

También cuestionó que “el proceso estaba controlado por el partido de gobierno, desde los magistrados del Consejo Supremo Electoral hasta la Junta receptora de votos que estaba inundada de gente del Frente Sandinista de Liberación Nacional, con lo cual tenían control desde las urnas hasta el sistema de cómputos”.

 En este contexto, planteó que “también inciden la represión, el control que ejercen las fuerzas de seguridad y el miedo que infunden en la ciudadanía” pero de todos modos aseveró que “el mensaje que el pueblo de Nicaragua le manda al régimen es muy valiente cuando no va a votar; es un mensaje que le demuestra que no está legitimando su farsa electoral”.  

“Se ve un intento de Ortega por imponer un discurso de que las elecciones fueron normalidad pero en realidad lo que hay es un pueblo sufriendo, esclavo de todo este proceso donde el dictador intenta prolongarse en el poder. Ortega está de manera interrumpida en el poder desde 2007 y entonces no hay un proceso de elección, solamente hay una votación”, definió.

 

La persecución a Enríquez: “Intentan acallar al crítico”

El nicaragüense Octavio Enríquez, ganador del Premio Internacional de Periodismo Rey de España en 2014, dejó el país para resguardar su integridad, en medio de la ola de arrestos contra dirigentes políticos opositores y profesionales críticos con el gobierno de Daniel Ortega.

Enríquez, también galardonado con el Premio Ortega y Gasset en 2011, explicó en un escrito publicado en el diario digital Confidencial, donde trabaja, que decidió abandonar Nicaragua tras haber sido citado por segunda vez por el Ministerio Público.

Fue citado por la causa que se abrió contra la Fundación Violeta Barrios de Chamorro por los supuestos delitos de gestión abusiva y falsedad ideológica, ambos en concurso real con lavado de dinero, bienes y activos.

El periodista relató que el pasado 6 de agosto un grupo de civiles que se identificaron como policías golpearon la puerta de su casa “y dijeron que buscaban confirmar la dirección porque entregarían una citatoria para que me presentara esa misma tarde -¡nuevamente!- al Ministerio Público, tan solo unas horas después de enviar una consulta para una investigación periodística a la Presidencia”.

Enríquez acudió el pasado 3 de junio a la Fiscalía por el caso por el que se investiga a la aspirante presidencial de la oposición Cristiana Chamorro –hija de la ex mandataria Violeta Barrios de Chamorro (1990-1997)-, quien está en arresto domiciliario desde el 2 de junio pasado y no pudo registrar su candidatura, y otros dos trabajadores de esa ONG.

El ganador del Rey de España en la categoría de Periodismo Ambiental y Desarrollo Sostenible con un reportaje sobre el tráfico ilegal de madera en Nicaragua titulado “Mafia del Granadillo” dijo entonces que su relación con esa Fundación fue de servicio profesional en calidad de formador de periodistas jóvenes y denunció a su vez que el gobierno, a través de la Fiscalía, cita a los comunicadores como “un intento de callar a la prensa independiente”.

Al respecto, señaló que “en varios casos, ya desde hace meses, los citados terminan detenidos minutos después de salir de la Fiscalía en un acto abominable de intentar callar al crítico, valiéndose del poder de la fuerza”.

“A nada de eso, quiero sujetarme. En libertad, seguiré informando sobre Nicaragua desde donde me encuentre”, sentenció.

NUESTRO NEWSLETTER

Deportes

Jonathan Herrera (derecha) anotó el tanto de la victoria para el "Malevo".

Armando Méndez (derecha) le dio el triunfo al "Pincharrata".

Boca Juniors y Atlético Tucumán cerrarán la actividad del domingo.

Patronato tendría apenas dos cambios para recibir a Chacarita.

Opinión

Por Ladislao Uzín Olleros
Por Sergio Elguezábal (*)