La pobreza alcanza a 36,5% de personas en Argentina, según datos del INDEC y la indigencia llega al 8,8% de los argentinos. Son 10,6 millones de personas los que se encuentran por debajo de la línea de pobreza: 8 millones son pobres no indigentes (27,7%) y 2,6 millones están en situación de indigencia. Y otro dato: el 50,9% de los niños de 0 a 14 años, son pobres.
En agosto también aumentó la canasta básica alimentaria. Una familia de cuatro miembros, dos adultos y dos chicos, necesitó más de 119.557 pesos para no ser pobre, según datos informados este miércoles por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC). A su vez, para no ser considerada indigente se precisan $ 52.990.
Atrás de esos números fríos, de la pura teoría, hay personas, hay niños, ancianos que sufren el frío, y que sienten el dolor de panza por el hambre. Son padres y madres que revuelven la basura para encontrar el alimento del día, que cubren con nylon sus casillas para resistir el frío; que no reciben atención médica.
Dice Mayra Arena, la joven que se hizo pública por brindar charlas en las que cuenta su propia experiencia en la pobreza, que “la marginalidad es una tragedia, y cualquiera que vive una tragedia lo único que puede hacer es limitarse a intentar sobrevivir. No hay proyectos posibles. Cuando sucede una tragedia, y alguien lo pierde todo, muchos se solidarizan con esa gente. Pero muy pocos se solidarizan con aquellos que directamente nacieron sin nada. Si es una tragedia perderlo todo, también es una tragedia nacer sin nada. También es una tragedia que haya gente con carros que vivan de la basura. Hay fechas, lugares, monumentos que recuerdan las tragedias, pero nadie sabe cuándo comenzó la marginalidad”.
La pregunta es ¿los responsables de trabajar para resolver esta situación, van a seguir sentados sin ver esta tragedia que está sucediendo?
Un informe especial de Cuestión de Fondo (Canal 9 Litoral) mostró este miércoles la realidad del hambre que crece en las calles de Paraná, y junto a ella también crece la solidaridad.
Suma de Voluntades, mucho más que asistencia: acompañamiento
La “heladera solidaria” está habilitada lunes, miércoles y viernes de 9 a 12 y de 17 a 20, lo único que se pide es que tenga fecha de elaboración; y se pueden donar alimentos no perecederos.
La entidad también solicita voluntarios que solidariamente quiere dar una mano en un emprendimiento de panificación en barrio El Perejil, como capacitador; y también profesionales en psicología o psiquiatría para la gente en situación de calle que tiene problemas de consumo problemático. La idea es poder armar un equipo interdisciplinario para acompañar a aquellas personas en situación de calle con problemas de adicciones o psiquiátricos.