Los problemas de la escasez de agua y cómo hacer un uso razonable

El cambio climático ya está aquí. Bajante pronunciada y prolongada del río Paraná, extensión de la sequía y profundización del déficit hídrico para el abastecimiento de agua potable de consumo humano. En tiempos de “abundancia”, los problemas con los servicios sanitarios no afloran de forma evidente. Ahora, cuando el bien se ve limitado, la situación se hace crítica. Frente a esta problemática, el Centro para la Gestión Sostenible del Agua y el Hábitat Humano (Cegelah) de la Uader y el Programa “Cultura del Agua” de la Vicegobernación de Entre Ríos han lanzado como propuesta la diplomatura para la gestión sustentable del agua en la provincia. Dirigido al personal de las áreas municipales e interesados en general, se está llevando adelante la segunda cohorte con las comunas de Feliciano, Federación, Villaguay, Rincón de Nogoyá, Gualeguaychú y Villa Paranacito. “Necesitamos generar un plan de cuidado de agua para preservar el acceso”, señaló el coordinador de la capacitación, Mario Nudelman. La anticipación ante un posible escenario del colapso.

Más de 70 personas de los municipios Feliciano, Federación, Villaguay, Rincón de Nogoyá, Gualeguaychú y Villa Paranacito, integrantes de cooperativas de agua y áreas del estado provincial, como hidráulica y obras sanitarias, participan de la segunda edición de una Diplomatura que promueve generar un Plan de Gestión Sustentable del Agua para la localidad participantes. Se trata de una formación teórico-práctica implementada por el Centro para la Gestión Local Sostenible del Agua y el Hábitat (Cegelah), de la Universidad Autónoma de Entre Ríos (Uader), que se encuentra financiada por Programa Nacional Capacitación 4.0 del Ministerio de Planificación de la Nación y acompañada por el Programa del Cultura del Agua de la Vicegobernación de Entre Ríos, junto con el Museo de Ciencias Naturales Antonio Serrano, Cuidadores de la Casa común y la Fundación Eco Urbano.

La formación está dirigida tanto a operadores, administradores, técnicos y decisores políticos de servicios de agua potable –especialmente de mediana y pequeña escala–, así como a profesionales, técnicos y estudiantes avanzados vinculados a la gestión del agua potable. La finalidad, se apunta en el programa, es “capacitar e instalar un proceso de mejora continua en los servicios de agua potable, basados en evidencia. Dicha evidencia está fundada en un conjunto de indicadores o ‘tablero de comando’ que permitan tomar decisiones para lograr una gestión sustentable del agua: equilibrio entre la oferta (disponibilidad de agua) y la demanda (consumo de agua en los distintos barrios de la localidad). Y en segundo lugar, que todos los usuarios en todos los puntos de la localidad tengan calidad y cantidad de agua, así el acceso y el consumo esté garantizado”.

Este último punto es central en la propuesta educativa. “Necesitamos generar un plan de cuidado de agua para preservar el acceso al agua. Y para eso está el Estado, para tallar en preservar la equidad al acceso al agua”, afirma en diálogo con Era Verde el coordinador de la diplomatura, Mario Nudelman.

Crisis hídrica

En cuanto a los antecedentes de cómo surgió la propuesta, desde el programa se plantea que “en un contexto sostenido de falta de lluvias, bajantes históricas y  crisis hídrica regional,  que vemos reflejada en el patrimonio hídrico entrerriano, la planificación y las acciones basadas en la evidencia es fundamental para tener una respuesta robusta a la amenaza que el cambio climático, supone al equilibrio del ciclo hidrológico en cada región y lugar, fundamentando y fortaleciendo las políticas públicas  adaptativas para garantizar el acceso en condiciones dignas, a uno de los recursos más preciados para la vida: El agua, un derecho humano fundamental en esta época”, se reafirmó.

Nudelman comentó que el abordaje de la problemática comenzó hace aproximadamente tres años, cuando se comenzó un trabajo en el Centro para la Gestión Sostenible del Agua y el Hábitat Humano (Cegelah) de Uader, que devino en estos seminarios a partir de la perspectiva de “acompañar procesos integral y continuo a lo largo del tiempo a los servicios de agua”, por eso “la idea es seguir (incorporando a otros municipios con la diplomatura) si hay una decisión local y provincial”.

Información vital

En la Facultad de Ciencias y Tecnología de la Uader, comentó el docente, ya se contaba con trabajos de investigación previos donde se detectó el gran déficit en lo que se denomina sistemas de información del agua. “Las estadísticas y el catastro de las redes están desactualizados, y la dinámica, el conocimiento de las demandas, hacia dónde va el consumo del agua de la ciudad, son temas que tienen que ver con el funcionamiento de los acuíferos, que es la fuente de la mayoría de las localidades de Entre Ríos, donde se toma el agua subterránea. Incluso en la ciudad Paraná que compensa el déficit con agua de pozos. Y es por eso que se necesitan saber cómo funcionan estas variables”, describió.

En búsqueda de poder dilucidar estas incógnitas para poder en efecto gestionar el recurso, surgió la primera cohorte de capacitación, donde se trabajó a partir de un proyecto de extensión en la localidad de Oro Verde. “Es necesario avanzar hacia un proceso de modernización, sobre todo valerse de los medios disponibles para una gestión más eficiente del servicio. Y lo ‘moderno’, en este caso tiene que ver con gestionar en base a la evidencia. Es así que armamos el programa de la diplomatura”, contó el coordinador.

De este modo, la capacitación se elaboró como marco de acción la norma Iram-ISO 24500, cuyo objetivo es proporcionar a los responsables de proveer del agua , directrices para evaluar y mejorar el servicio a los usuarios y para la gestión de las entidades prestadoras de servicios de agua, de forma coherente con los objetivos globales (particularmente los Objetivos de Desarrollo Sostenible acordados por el país dentro del marco de la ONU) definidos por las autoridades competentes y por las organizaciones internacionales intergubernamentales antes mencionadas. La norma internacional considera los sistemas de agua potable en su totalidad y es aplicable a sistemas en cualquier nivel de desarrollo (por ejemplo, sistemas locales, redes de distribución, instalaciones de tratamiento).

Momento clave

Para pensar una capacitación de este tipo, plantea Nudelman, se debe entonces montar un sistema de información y también capacitar a los que tienen a cargo el servicio de agua. La propuesta integral apunta a orientar a los servicios de agua para tomar decisiones en base a esa evidencia para lo cual se debe tener un sistema de monitoreo. “Aunque no se crea un bien tan preciado se está gestionando con información que no es tan confiable. Esto ha funcionado cuando el agua ha sobrado, pero ahora el agua ha comenzado a escasear, por la sequía y el cambio climático. Lo que antes sobraba, ahora escasea”, razona el especialista. “Estamos en una situación vulnerable, por eso sacamos una diplomatura: para preparar a los recursos humanos para el manejo de estos sistemas de información y poder estar uno o dos pasos antes de los que pueda ocurrir. Se han secado pozos en algunas localidades, y eso es como que ‘explota una bomba en la cara’. Por eso se debe poder prever esto antes de que ocurra. Los servicios deben estar preparados para una prestación eficiente y deben contar también los planes de contingencias, saber los niveles de consumos, anticiparse a los períodos de carestía. Y esto no es una crítica, es un estado de situación sobre el que se debe actuar”.

Con la idea de avanzar en otras comunas, Nudelman se entusiasma en poder profundizar el “proceso de transferencia tecnológica para que cada municipio genere un ciclo de mejoramiento continuo del servicio de agua en base a la información disponible. En una segunda etapa necesitaremos de una sistematización en cuanto a la captación de información de las principales variables en relación al agua. Se deben montar sistemas de información, medición, comunicación para saber y tomar decisión.

Se debe tener personal capacitado para construir instrumentos de medición o usar los que ya se cuenta. Por ejemplo, en algunos lugares se cuenta con medidores de agua domiciliario, se usa para tarifar el agua y no para saber los niveles de consumo de agua”, ejemplificó.

Se puede “medir la calidad de agua salida de pozo”, insiste el docente, y con esto se “mide cómo se está comportando el acuífero”. Y esto se debe hacer “antes que se produzca un colapso, antes que se seque el pozo. Para ese momento, se debe generar un sistema de contingencia para actuar. Pero se debe hacer antes de cuando llegue ese momento, y esto se puede hacer antes, y se lo debe vislumbrar antes”, apuntó.

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