La municipalidad de Paraná, a través de la Secretaría de Planeamiento y Desarrollo Territorial, solicitó a la Comisión Permanente de Revisión y Actualización del Código Urbano, que se cambien las condiciones de construcción para poder hacer obras en altura en una gran porción de Bajada Grande.

Se trata de lo que se denomina UR6 y comprende la zona delimitada por Av. Estrada, el A° Antoñico, Av. Larramendi y calle Croacia. El pedido fue realizado en la única vez que se convocó a la Comisión desde que se inició esta gestión y la solicitud fue realizada por la cartera que conduce Guillermo Federik.

Según mostró Cuestión de Fondo (Canal 9 Litoral) el pedido se realizó en el mes de enero de manera oficial aunque preliminar ya que no se brindó detalles de cómo se piensa avanzar en la construcción en altura en el barrio costero de Paraná. Dentro del área delimitada se encuentra el Parque Nuevo, el barrio privado Puerto Urquiza y parte de la zona urbana de Bajada Grande.

Algunos representantes de los colegios profesionales manifestaron su preocupación por las formas en la que se puede encarar el crecimiento de la ciudad, sobre todo por la parálisis que hay en el debate público sobre el modelo de ciudad futura.

Según explicaron las autoridades en esa reunión, se busca rellenar baldíos y poder construir en altura para poblar una zona que ya cuenta con servicios. Cuestión de Fondo intentó hablar con Federik para conocer detalles del plan pero no hubo respuesta favorable.

La preocupación existe ya que no se discute de manera pública sobre cómo se quiere avanzar; si va a primar la lógica habitacional o la comercial; si se va a tener en cuenta que es un área costera con diversa fauna y flora con todo el cuidado que debe tenerse desde la defensa del ambiente. En definitiva, lo que preocupa es la falta de información y la ausencia de debate.

Tal es así que desde el Colegio de Arquitectos solicitaron a la municipalidad que convoque a la Comisión ya que debe sesionar dos veces al mes -según la Ordenanza N°9.430- y que sólo fue convocada una sola vez. Mientras tanto, se siguen realizando obras sin que pueda intervenir la comisión que debe revisar las mismas.

Esta presentación de los Arquitectos recibió el acompañamiento de los concejales de Juntos por el Cambio que presentaron un proyecto instando al DEM a que convoque a la Comisión.

Por otro lado, no son pocos los profesionales que están en alerta por la fuerte injerencia que tienen algunos de los sectores de la propia Comisión como son la Cámara de la Construcción, la Asociación de Desarrolladores Urbanos y los Corredores Inmobiliarios.

Cabe aclarar que algunos de los representantes sectoriales que están en dicha Comisión son los mismos que realizan las obras que deben revisar y eso los ubica en un lugar de privilegio para sus negocios e inversiones.

La Comisión está conformada por 8 representantes del DEM, 4 concejales y 8 miembros externos que son integrantes de los colegios de Ingenieros, Arquitectos, Agrimensores, Corredores Inmobiliarios, Maestros Mayores de Obra, Ingenieros Especialistas, la Asociación de Desarrolladores Urbanos y de Vivienda y un representante de la Cámara de la Construcción.

Esto pone en evidencia otro problema, la falta de representatividad de la ciudadanía en las discusiones que refieren al crecimiento y las obras que se realizan en la ciudad. No hay representación ciudadana ni tampoco de organizaciones que defienden el ambiente.

Ante la consulta periodística, ni la Comisión Vecinal de Bajada Grande ni referentes sociales del barrio estaban al tanto de la decisión municipal. Es decir, se busca transformar la realidad del barrio hasta el momento sin la consulta a los habitantes del lugar. 

Julio Soñéz, integrante de la Asamblea Ciudadana de Paraná, habló de esta situación y no se guardó críticas a los modos con que se están tomando decisiones importantes en la ciudad: “Querer construir en altura en una zona donde casi naturalmente es parte de un área protegida habla a las claras que lo que vienen son inversiones inmobiliarias, que van a estar incluso destinadas a una franja social de un poder adquisitivo que no es el de la mayoría de los ciudadanos. Con la asamblea estamos trabajando mucho el tema de tierras, la función habitacional y lógicamente es una realidad que se necesita, pero el tema son las formas, eso es básicamente lo que molesta”.

“No entramos los ciudadanos cuando los proyectos ya los están por hacer. Un caso resonante fue lo de bulevar Racedo, por ejemplo, donde había muchas otras alternativas para llevar a cabo ese proyecto sin dañar los árboles, manteniendo la fauna que vivencia con nosotros día a día. Pero bueno, ante la inconsulta y cuando está todo resuelto, básicamente hay una incongruencia, porque se piensa que el ciudadano no sabe nada. Pero en realidad el ciudadano sabe mucho, porque es justamente el que vive y transita día a día la ciudad, entonces quién mejor conocedor que él de sus propias necesidades”, agregó el vecinalista.

Consultado acerca del grado de participación que tienen en la comisión de asesores del Código Urbano, Sonéz aseguró: “Lamentablemente muy poca, sí nos enteramos de primera mano porque siempre hay algún conocido o participante que está en un área cercana o conocida. Por ejemplo en la asamblea hay arquitectos, urbanistas, ingenieros, un montón de gente capacitada, que ha hecho obras públicas, que tiene conocimiento y también que tiene el conocimiento de la calle y de las vivencias diarias, de las reales necesidades de los ciudadanos. A veces dicen que es quejarse y estar en contra de todo. No, todo lo contrario, es participar para que sea mejor para todos. Quienes participamos del vecinalismo lo que buscamos es que con los recursos que haya se pueda hacer lo mejor para todos. Pero muchas veces los desarrollos lo hacen en un escritorio, gente que jamás se subió a un colectivo, no vivió en un barrio, no sabe de qué se trata, y te imponen una realidad que va a cambiar radicalmente la vida”.