Los tres imputados que son juzgados en Mendoza, de izquierda a derecha: Horacio Gorbacho; Nicola Bruno Corradi Soliman y Armando Gómez.
El periodista y corresponsal de TN en Mendoza, Alejandro Costanzo, dio detalles del juicio que se desarrolla contra dos curas y un jardinero del Instituto Próvolo acusados de cometer aberrantes abusos sexuales contra menores sordos e hipoacúsicos.
En declaraciones realizadas al programa A Quien Corresponda (Radio De la Plaza), Costanzo recordó que se trata de “un juicio a puertas cerradas, donde no ingresa la prensa y solo se permite, antes de iniciar cada audiencia, tomar unas pocas imágenes a los tres acusados, dos curas y el jardinero”.
“Es tremendo y se dice que es un juicio histórico porque es horroroso lo que han sufrido no solamente las victimas de Mendoza sino también las víctimas que hubo en el Instituto Próvolo de La Plata y también hay que señalar que esto empezó en el año ´50 en Verona, con lo cual las víctimas son muchísimas y hasta hoy hay quienes no se han animado a hablar ni han podido vencer los problemas psicológicos que causa un abuso sexual”, planteó.
Puntualizó que las tres personas “están siendo juzgadas por abuso sexual con acceso carnal en 29 oportunidades” y definió que “es horroroso que hayan ocurrido semejantes vejámenes contra niños que estaban en guarda y que no podían ni siquiera expresar el horror que estaban viviendo”. “Causa mucha indignación y mucha bronca. Y aunque el trabajo es muy limitado dentro de la sala, podemos estar en las escalinatas de los Tribunales, donde hay una centena de personas, gran cantidad de ellas sordos e hipoacúsicos, reclamando Justicia”, describió.
Comentó que el debate que se lleva adelante “es el primer juicio, pero puede haber un segundo y un tercero porque hay una monja que tenía a cargo las nenas que era parte de este complot para abusar de los niños”. Asimismo, apuntó que “se especula que este juicio puede durar un poco más de un mes, pero ayer la defensa comenzó a realizar planteos para estirar la cuestión: se pidió la transcripción absoluta de todas las testimoniales y que se vuelvan a escuchar los testimonios de cada una de las 11 víctimas que se presentaron”.
“Hay unos 11 abogados –una sola abogada defensora de oficio, el resto son querellantes- más los seis jueces –tres titulares y tres suplentes- y toda esa gente preguntando a las 11 víctimas, una de ellas que sigue siendo menor de edad. Y además es increíble porque todas las testimoniales ya se tomaron con mucho cuidado, y está todo el registro en video de todas las Cámaras Gesell, con lo cual de llegar a acceder al planteo será horroroso lo que deberán volver a sufrir estas víctimas”, apuntó.
“Esperamos que el juicio avance en otros testimonios previstos en la causa como psicólogos, peritos, profesionales, que hoy estaba previsto que fueran 15”, deseó en tal sentido.
En tanto, marcó que “este juicio en particular, y es la primera vez que se hace en Mendoza, tiene intérprete en lenguaje de señas” y agregó que “uno de los curas acusados, (Nicola) Corradi, el italiano que vino de Verona y pasó por La Plata, no escucha bien y tampoco quiere ponerse audífono para mejorar su audición, con lo cual es otro impedimento más que conspira para la cantidad de días que demore este juicio oral”.
Recordó que “en el Instituto Próvolo hubo pedofilia, eran atacados niños y niñas, que no tenían como defenderse y hasta les habían prohibido utilizar el lenguaje de señas para contar lo que estaban viviendo, ni siquiera podían contarles a sus padres”. “Por eso es tan grave el rol de esta monja, Kumiko Kosaka, que hoy está con prisión domiciliaria porque era la cuidadora. Los abusos dejaron consecuencias psicológicas pero también físicas en los niños, es gravísimo lo que ha sucedido”, relató.
Finalmente, marcó que “también se apunta al rol que ha tenido la Iglesia Católica en todo esto” y contó como ejemplo que “el edificio y el predio de seis hectáreas del Próvolo fue vendido en una operación inmobiliaria al municipio de Luján de Cuyo que trasladará toda su sede administrativa a ese lugar. Y desde la Iglesia nunca acercaron ningún tipo de aporte ni ayuda a las víctimas ni a la investigación”.