Los gobernadores se reúnen este martes en el Consejo Federal de Inversiones (CFI) para definir quién ocupará el sillón de secretario general del organismo por los próximos cuatro años. El peronismo respaldará la continuidad de Ignacio Lamothe, mientras que el resto de las provincias no logró unificar una propuesta.
La Asamblea Extraordinaria comienza cuando todos los mandatarios provinciales se congregan en el salón de los escudos, ubicado en el séptimo piso del edificio de Retiro. Allí tratarán los dos temas que figuran en el orden del día de la invitación que envió la semana pasada el formoseño Gildo Insfrán, a cargo de la presidencia de ese órgano: la designación del secretario general y la solicitud de reincorporación de San Luis al CFI.
Hace semanas que los gobernadores se abocaron, con total discreción, a la elección del secretario. Los nombres que circularon para ocupar el puesto son cinco: Lamothe, que va por la reelección; el exsecretario de Interior del macrismo Sebastián García de Luca, impulsado por Rogelio Frigerio; el exdiputado riojano Felipe Álvarez, que agitaba el aval de gobernadores patagónicos, encabezados por el neuquino Rolando Figueroa; el consultor Gastón Douek, promovido por el radical Gustavo Valdés; y el exministro porteño Bruno Screnci, muy cercano al cordobés Martín Llaryora.
Algunas candidaturas quedaron en el camino. Llayora no se movió por Screnci y, hacia el fin de semana, los gobernadores de Juntos por el Cambio (JxC) no habían podido unificar su apoyo a una misma figura. Desde afuera, el extitular de la UCR Gerardo Morales también hizo lo suyo y evitó que el gobernador jujeño Carlos Sadir apoyara al candidato de Valdés. Mientras tanto, el peronismo se encolumnó, sin fisuras, detrás de la reelección de Lamothe, y habría conseguido la adhesión de fuerzas provinciales.
"Vamos a tratar de sacarlo por unanimidad. Si no llegamos, tendremos la mayoría", le confirmó un gobernador de Unión por la Patria (UP) este lunes a Letra P. En JxC admiten que la división complicó demasiado el panorama, al tiempo que la figura de Lamothe no genera demasiada resistencia. "Hizo una muy buena gestión", dicen en una de las provincias que impulsaba otro nombre para el CFI.
Los dos tercios
La elección requiere de un amplio consenso. El artículo 9 de la Carta Constitutiva del CFI establece que el secretario general será designado por “dos tercios de los miembros presentes en la Asamblea”. Si en la primera votación ningún candidato obtuviere esa mayoría, se procederá a una segunda votación. Si tampoco fuere exitosa, el secretario será electo por simple mayoría.
Lamothe fue electo por unanimidad en octubre de 2020, en plena pandemia. El actual secretario general del CFI tenía un nombre ya conocido para las provincias. En 2008 había empezado a trabajar en la Casa Rosada junto a Juan Carlos Mazzón, el histórico operador y armador del PJ en todo el país. Tres años después, en diciembre de 2011, Cristina Fernández de Kirchner lo nombró secretario de Asuntos Municipales, debajo del ala del por entonces ministro del Interior Florencio Randazzo.
La elección de 2020 se hizo vía zoom, pocos días después de la muerte de Juan Carlos Ciácera, el hombre que estuvo a cargo del organismo durante 33 años, con apoyo del peronismo. El actual secretario general contó con el empujón del entonces ministro del Interior, Wado de Pedro, con quien tiene una estrecha relación, ya que ambos son oriundos de Mercedes.
Aunque nunca perteneció a la agrupación, ese vínculo con De Pedro le dejó a Lamothe la etiqueta de camporista. Fue el argumento que los impulsores de otros candidatos utilizaron para conseguir su remoción. Sin embargo, en los últimos días, los gobernadores de UP se encargaron de despegarlo de ese mote. "Eso no es verdad. A Lamothe lo elegimos todos los gobernadores hace cuatro años, ya lo conocíamos de mucho antes y el CFI funciona muy bien”, dijo un mandatario provincial que impulsa su reelección.
En los cuatro años al frente del organismo, Lamothe le escapó al encasillamiento partidario y se dedicó a la gestión y a cultivar la relación con los gobernadores de diferente signo político. Sin embargo, el CFI tiene una caja codiciada, que cualquier sector político buscaría controlar. La definición se verá este martes.
Qué es el CFI
El CFI es un organismo autárquico compuesto por las 23 provincias y la Ciudad de Buenos Aires. No recibe recursos de la Nación y se financia con fondos que se deducen de la masa coparticipable, que corresponde a las provincias. Los gobernadores son celosos de su funcionamiento y de lo que sucede puertas adentro. Tiene más de 300 empleados.
De acuerdo con su Carta de Constitución, los recursos son retenidos mensualmente por el Gobierno y depositados, de inmediato, a la orden del organismo en una cuenta en el Banco Nación. El monto se determina por "una tasa máxima del 0,75% a aplicarse sobre el monto que en concepto de coparticipación le corresponda" a cada provincia.