--Armisticio. Fue la secretaria general de AGMER, Martha Madoz, quien detalló con profundidad el curso del congreso de ese gremio realizado en Colón. Allí, el principal gremio docente asumió mayoritariamente una postura favorable a firmar un armisticio con el gobierno provincial. La beligerancia hacia el gobierno -luego del anterior congreso- había entrado en una onda más orientada al acuerdo que a la confrontación. Los indicadores de la última medida de fuerza habían hecho entrar en la variante a numerosos portadores de temperamentos confrontativos y sólo seguían adelante algunos pocos que se ubican en un segmento ultra sin impacto en el conjunto de la docencia entrerriana. Con la firma de este acuerdo, el gobierno limpia la cancha y coloca la relación con los docentes en una línea de negociación fuera del carril de los paros indefinidos. El proceso -por orden expresa del gobernador- fue pacientemente tejido por el ministro de Gobierno, Justicia y Educación, Sergio Urribarri. Despejando el área chica de toda injerencia por parte de las autoridades del Consejo General de Educación, el gobernador llevaba la negociación como si fuera con su propia mano. Busti valora mucho al ministro de su confianza, sabe que éste puede tener pocos libros en la cabeza pero le sobra astucia, no escatima horas de trabajo y si hay que meter las patas en el barro, tampoco le hace asco. Además, y luego de varios años de estrecha convivencia, saben transmitir los escenarios en códigos que, a juzgar por los resultados, no son tan errados. Es significativa la dosis de sagacidad e inteligencia que supo poner el gobernador en esta negociación. Una y otra vez fue al diálogo al límite de la flexibilidad. Una y otra vez sacó letra de su paciencia y matizó la espera con un goteo de concesiones que resultaron eficaces para desacomodar lo que se presentaba como una línea de confrontación de gran volumen. Quizás el punto culminante y más empinado de la confrontación docente estuvo representado por la decisión en el congreso anterior de desafiar el consenso del Presidente Kirchner en su visita a Concordia. El fracaso de la medida desgranó la iracundia de las regionales más díscolas. Lo cierto y concreto está escrito en un compromiso que mete en aguas apacibles un largo recorrido de tormenta.

--Proyecciones. Renato Cesarini, un emblemático ex DT gallina (River Plate para los despistados), solía decir que "el jugador que sabía gambetear lo debía demostrar dentro del área contraria". Como se ha dicho muchas veces, Jorge Busti destila tacticismo. La mayoría de las veces, las decisiones surgidas casi espontáneamente en virtud a esa capacidad poco lo ayudan a lubricar su relación con la sociedad. Pero a decir verdad, a veces hasta con estilo “bochinesco” sabe hacer la gambeta en los lugares donde se define el juego. Mirando la historia reciente es destacable concluir que el haber incorporado a Lauritto a la lista oficial fue un acierto que, a la par de desequilibrar el proceso electoral interno del justicialismo, constituyó un golpe bajo al Nuevo Espacio. Esa movida adquiere una proyección de gran importancia hacia octubre pues auspicia un triunfo contundente en el departamento Uruguay y sus alrededores, mientras que la fuerza alternativa (NE) no logra levantar vuelo. Con esa misma finura el gobernador puso sus energías en la resolución del conflicto docente. Jorge Busti supo tener el indicador certero de que en ese tema se jugaban varios puntos para octubre. Despejada la cancha de los rezongos docentes y de padres con hijos sin clases, el camino hacia la confrontación electoral se avizora despejado y el triunfo del peronismo entrerriano en versión Frente para la Victoria se preanuncia contundente. Tener cubierto este aspecto de la contienda electoral no es un dato menor, pero en la mesa de arena del gobernador donde están dibujados todos los frentes de disputa, el triunfo de la lista de diputados nacionales es sólo una parte. Es la parte que constituye la ofrenda al poder presidencial. Pero quien no vive los pormenores de la política entrerriana y no pispea los vericuetos del oficialismo entrerriano, no puede imaginar un entramado tan denso donde se cruzan en alianzas y disputas tendencias insospechables. El gobierno provincial necesita que la gente vaya a votar para que el triunfo categórico no quede desmerecido por una escasa concurrencia al comicio. El convencimiento en la sociedad de que hay un triunfo cantado y la ausencia de un debate que caliente el ambiente y aumente las expectativas populares, no son precisamente augurios de una concurrencia masiva a las urnas. No obstante el problema mayor del gobierno está referido al comportamiento electoral frente a la consulta popular. Y aquí aumenta el fraccionamiento que diferencia intereses encontrados. En un plano las públicas diferencias entre el PJ, la UCR y el NE. Pero luego están las que juegan la interna de la interna. Así, en el marco del PJ da la sensación de que el bustismo ha quedado preso de ese indicador como punto de señal de las expectativas de la sociedad frente a la reforma constitucional y las expectativas reeleccionistas. El tema es delicado pues en torno a la consulta se activan las corrientes ocultas del justicialismo empeñadas en trabar la reelección de Busti para que se abran otras alternativas. No son pocos los que refunfuñan por lo bajo sus deseos de batallar en la vereda de los díscolos. Los intendentes Juan Carlos Cresto, José Salim Jodor o Domingo Daniel Rossi –por nombrar a algunos- fueron disciplinados en el apoyo a la lista oficial y en ese aspecto el control es fácil. Si tanto en Concordia, como en Gualeguay o Santa Elena las urnas no reflejan un buen caudal de votos para la lista, quedarán descubiertos en la rebeldía. En cambio, si el volumen del voto favorable a la consulta no refleja igual apoyo que la lista de diputados las explicaciones en descargo de responsabilidades pueden ser infinitas. Lo cierto es que frente a la consulta popular se activan corrientes subterráneas en diferentes direcciones que no se agotan en la convocatoria de octubre y tampoco respetan las fronteras partidarias. Hay que tener en cuenta que la consulta no es vinculante y que sí o sí la convocatoria a la reforma constitucional tiene que contar con algún apoyo radical y la buena voluntad del Nuevo Espacio, suponiendo que en el día de la votación los "dos" bloques oficialistas tengan concurrencia completa. Demasiado difícil para que la cosa salga. Es así, los vientos favorables para una buena elección de la lista oficial ayudan pero no surgen suficientes como para garantizar los votos necesarios en la Cámara de Diputados para declarar la necesidad de la reforma constitucional. Hay que tener en cuenta que la dirigencia política actual en definitiva se mueve bajo pautas especulativas y fuertemente insensibles a las tendencias que se agitan en la sociedad. Las elecciones de octubre seguramente darán un claro apoyo al eje trazado entre Kirchner y Busti, pero sería toda una novedad que ese acontecimiento habilite el apoyo a las expectativas reeleccionistas del gobernador. Y es bueno tener en claro que esto de la especulación y de la insensibilidad frente a las expectativas reeleccionistas del gobernador, también está presente en las entrañas del justicialismo. Cuando se habla de zancadillas y de toqueteos con la oposición en la cabeza de los observadores aparece el intendente Cresto, pero también hay que tener en cuenta que en la formación del nuevo bloque en la Cámara de Diputados estuvo cruzado también "por el 2007", como se acostumbra a decir en los corrillos justicialistas. No es necesario ser experto para dar cuenta que tanto a los radicales como al Nuevo Espacio les resulta más atractivo enfrentar a Calucho en el 2007 y no a Jorge Busti.

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