Silvio Méndez
Un estudio realizado en la Facultad de Trabajo Social (FTS) de la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER), sobre la base de datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censo (INDEC), ha expuesto recientemente una inquietante observación sobre los indicadores que marcan la situación social en Paraná. A contramano de la tendencia a la baja en los índices de desocupación y pobreza que se registran a nivel nacional, e incluso en distritos como Concordia, los porcentajes en la capital provincial han aumentado en el último semestre del año pasado. Las cifras más significativas marcan un 7,7 por ciento de personas bajo la línea de indigencia en los primeros seis meses de 2005, que pasaron a 14,2 por ciento en la segunda mitad de ese año. En menores de 14 años, se dio un alza de 12,7 a 23,60 por ciento en igual período. Cuando se conocieron algunos de estos parámetros, desde el Ejecutivo Municipal se salió a “matar al mensajero”, calificando de falso e intencional el análisis académico, quedando pendiente una explicación y debate sobre las modalidades, cifras y destino del “presupuesto social”.
El martes, en la Escuela Número 4 Domingo Faustino Sarmiento, el intendente de Paraná, Julio Solanas (PJ), realizó junto a funcionarios del Consejo General de Educación de la provincia el lanzamiento de un programa comunal de “educación y prevención del obesidad”. De acuerdo a lo anunciado, el plan apuntaría a que los pequeños aprendan a comer sano. En la ciudad que, de acuerdo a las cifras del INDEC, el último semestre de 2005 casi duplicó el índice de menores de 14 años por debajo de la línea de indigencia respecto del primer período de ese año, la política social comunal hacia la niñez podría considerarse como muy poco atinada o de un alto cinismo. De igual manera, el modo y concepto de gestión de la actual Intendencia en esta área ya registra en otras medidas un mismo trazo. Como cuando a fines de 2004 se anunció y luego se concretó la derogación Ingreso Ciudadano para la Niñez de Paraná (Incinipa), un programa que destinaba una suma de dinero a los menores necesitados y constituyó una experiencia inédita de participación y contralor de distintas organizaciones sociales en el destino de los fondos públicos. Asimismo, este sistema comprometía al poder político a generar los fondos necesarios para sostenerlo y/o atacar las causas directas que creaban las necesidades de los desposeídos. Tamaña responsabilidad fue, a la vista, imposible de sostener. Pero como todo intento de remiendo mal hecho, el problema parece nuevamente estallar. Precisamente, el ex Incinipa volvió a ser evocado la semana pasada cuando un estudio de la Facultad de Trabajo Social (FTS) de la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER) develó un inquietante quiebre en la tendencia a la baja en los índices de pobreza, indigencia, desempleo y subempleo en la ciudad de Paraná, respecto al resto del país, e incluso la ciudad de Concordia.
Precisamente el informe académico subraya que en los niños menores de 14 años por debajo de la indigencia, “las líneas trazadas en el tiempo, con datos a medida que avanzan los semestres, muestran una tendencia suave y sostenida hacia la baja, salvo un pico en Concordia (primer semestre/04). Pero en Paraná, sorprendentemente, luego de llegar al punto más bajo de línea de indigencia en el primer semestre de 2005, la población de los niños indigentes paranaenses se incrementa brusca y sostenidamente, hasta casi duplicarse el segundo semestre de 2005”. A la luz de estos números y a modo de hipótesis, el paper elaborado por Elena Riegelhaupt y Roberto Schunk apunta que “en el año 2003, en Paraná, el 27 por ciento de los niños menores de 14 años provenían de familias con ingresos que no alcanzaban a los consumos alimentarios básicos. A lo largo de ese mismo año fueron incorporados 5.524 niños indigentes nacidos en 2002 y 2003 al Ingreso Ciudadano de la Niñez de Paraná, política del Estado Municipal derogada por la actual gestión, sin que tuviera éxito la pretensión -que no analizaremos por motivos que exceden este artículo- de dejar de pagar a los que ya estaban incluidos en dicho beneficio. Durante la actual gestión no se crearon ni se incrementaron ninguna de las políticas destinadas a los niños menores a cinco años, siendo la cantidad de jardines maternales igual a la gestión anterior y con una cobertura de diez por ciento de los niños indigentes que existen en la ciudad”, se enumeró.
A este análisis realizado sobre la base de registros del INDEC, el Ejecutivo Municipal respondió en boca del jefe de Gabinete, Jorge González, que tenía “intencionalidad política de desprestigio”, que era “tendencioso” y se negó que hubiera más pobres.
Como si fuera poco negar las cifras dadas a conocer, el informe ampliado de Riegelhaupt y Schunk también marca un incremento en el desempleo y subempleo en la capital de la provincia, al contrario que la media nacional y en Concordia misma.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)
