Daniel Tirso Fiorotto
(especial para ANALISIS)
Alejandro García Ruiz fue un cuadro comunista en el Frente Amplio. Hoy piensa que el Presidente Tabaré Vásquez no es político, no tiene bagaje teórico, y que profundiza aspectos negativos de las políticas neoliberales. Dice que el ministro tupamaro Pepe Mujica “está actuando en una suerte de surrealismo cantinflesco, en donde todo lo canaliza producto de una verborragia incontinente”. En una aproximación al conflicto por Botnia, sostiene que el nuestro es el lugar en que Europa y Estados Unidos dirimen sus conflictos, y que un vacío generado por la política uruguaya llevó a su país a un punto en que “el chauvinismo narcisista más nauseabundo es el que predomina y además se fomenta”.
El montevideano Alejandro García Ruiz llegó a María Grande, invitado por docentes, para hablar sobre la historia de las luchas populares latinoamericanas, y no le esquivó al conflicto argentino-uruguayo en el marco de la situación política de su país y los intereses del primer mundo.
Este oriental que fue simpatizante del Frente Amplio, que se considera marxista-leninista-artiguista y preferiría una Sudamérica sin fronteras, muestran un análisis descarnado de la realidad de su país, con autocríticas que son difíciles de encontrar de este lado del río.
-¿Estabas en el Frente Amplio?
-Sí, yo fui militante del Frente Amplio.
-¿Fui?
-Sí, “fui”. Yo comienzo mi militancia política en el año 1980, en plena dictadura, en el marco de lo que fue el plebiscito que plantearon los militares para convalidar la Constitución fascista. A finales de 1982 o principios de 1983, clandestinamente empiezo a participar de la reorganización del Partido Comunista de Uruguay. Hasta 1991.
-¿Qué valorabas del PC de Uruguay?
-El PC históricamente en el Uruguay tenía una muy fuerte vinculación y poderosa incidencia en el movimiento obrero, en la clase obrera y en la estructuración de la Central Única de Trabajadores, en aquel entonces CNT. Hasta el golpe de Estado.
-¿También en Tupamaros?
-El MNL Tupamaros es una organización que tuvo tanta incidencia en la vida política del Uruguay, al punto que es reconocida mundialmente si se quiere, pero tuvo otros perfiles, otra acción político-militar, guerrillera. Nunca se logró entre el PC y el MNL, previo al golpe de Estado, una coordinación estratégica.
-¿Raúl Sendic tenía vinculación con ustedes o era una cosa aparte?
-Fue un militante del Partido Socialista hasta que se retira y forma el MNL. Siempre hubo una suerte de amor y odio, de respeto y rechazo, entre el PC y el MNL por una cuestión estratégica. Aunque en definitiva marcaron la historia de mi país. Ya en democracia, el MNL ingresó al Frente Amplio al punto que hoy participa de la vida del Frente Amplio.
-¿Te alejaste del Frente Amplio?
-Una vez que me voy del PC a posiciones que estaban más a la izquierda que las que estaba asumiendo el PC entonces, dejo de tener una militancia activa también en el Frente Amplio. Claro que el PC hasta el día de hoy pertenece al Frente Amplio. Incluso tiene una ministra, la de Desarrollo Social, Marina Arizmendi, formando parte del Poder Ejecutivo del Frente Amplio en el gobierno.
-¿Cuáles son los principales motivos por los cuales te abriste?
-Mantuve desde que comencé mi militancia en el PC y hasta el momento en que me retiré de él, y ahora mismo, una forma de ver el mundo bastante sistémica, vinculada muy estrictamente si se quiere a las formas clásicas de visualizar el marxismo-leninismo de la lucha de clases. Yo quisiera pensar de otra forma pero no hay ningún hecho de la realidad que me haya permitido cambiarlo. Y bueno, habiendo abandonado la militancia activa para el Frente Amplio, de alguna manera incidíamos en nuestra vida pública, vecinal, social, para que el Frente Amplio igual llegara al gobierno. Ya con ciertas salvedades a partir del análisis de lo que era el programa, la conformación de los grupos. Ya no había grandes expectativas. El Frente Amplio llega al gobierno, y las primeras medidas indican que se profundizan aspectos negativos de lo que habían sido las políticas neoliberales impulsadas por los gobiernos Blancos y Colorados desde 1984 a la fecha.
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