Pablo Rochi
Echagüe cumplió 75 años de vida y su presente transita por un carril de dos direcciones, según asegura su presidente, César Gonano. El club ha crecido considerablemente y se proyecta activamente, pero a su vez no se deja de reconocer que la situación económica y los juicios por solucionar no terminan de ser una gran preocupación. “La situación del club sigue siendo delicada, aunque con otra perspectiva”, señaló el dirigente en una extensa entrevista con ANALISIS. Habló también de la realidad institucional, de lo difícil que es mantener un club, del trabajo mancomunado y de la intención de seguir solucionando diferentes juicios heredados. “Hay que tener prudencia, porque a veces las cuestiones explotan por lo más chico. Entonces vamos apagando las llamas más grandes, pero sabiendo que alguna pequeña brasa nos puede llegar a traer serias complicaciones”, argumenta.
-Meses atrás Echagüe cumplió 75 años de vida, siendo una de las entidades más prestigiosas de la ciudad y la provincia. El club ha pasado por situaciones complicadas, ¿cuál es su realidad?
-Echagüe está atravesando un momento muy especial por estos 75 años de vida, de historia de una institución que dentro de la ciudad tiene una gran relevancia, con un espíritu propio. En este caso este recorrido lo podemos dividir en tres etapas: lo que fue en su principio la gente que se reunió para, a través del deporte y una entidad, intentar marcar el rumbo; un presente que es difícil, que día a día intentamos construir; y un futuro con ambiciones de seguir creciendo. En este presente hemos trabajado mucho en construir grupos de trabajo en cada subcomisión. En lo que tratamos de ajustar diariamente desde la Comisión Directiva es en acompañarlos permanentemente y que ellos se sientan involucrados en el tema, que no sólo lleven la economía de su deporte o la manera de conseguir pelotas y demás, sino además ir marcando la parte educativa y formativa de los chicos. Nosotros estamos intentando cambiar esa imagen de agresividad que hay en el deporte. Lo hacemos así porque entendemos que más allá de la intención que existe en que un chico se destaque en lo deportivo, también es una obligación que crezcan y se desarrolle como un ser de buena conducta.
-Tiempo atrás Echagüe era noticia sobre posibles remates por juicios, deudas y demás. ¿Esos cimbronazos ya pasaron o se está haciendo frente a distintas problemáticas?
-Lo que estamos haciendo es hablando, dialogando con las partes involucradas. Es decir, hay algunas cuestiones, algunos juicios que se han avanzado y que estamos pagando, hay otros que estamos en término medio, en los cuales hay diálogos e intenciones para futuros arreglos, y hay algunos otros que todavía tenemos que tratar con mayor profundidad. Por consiguiente, vamos construyendo y viendo de qué forma se pueden afrontar estos problemas. A veces lo que nosotros podemos afrontar no es lo que la persona que está del otro lado pretende. Asimismo, no cerramos el diálogo, continuamente estamos buscando llevarles propuestas y en función de ellas, las que se van cerrando lo vamos haciendo. Por supuesto que acá hay un tema muy complicado para Echagüe, porque el club debe pensar en lo diario, en mantener sus instalaciones y su estructura y a la vez generando recursos para afrontar los compromisos pasados, una carga importante que hemos heredado. Por suerte podemos abarcarlo en función de la continuidad de estos grupos de trabajo, que hacen que medianamente uno no se sienta solo y que diga que esto vale la pena. Porque somos varios los que estamos tratando de devolverle al club una imagen que de a poco vamos imponiendo en la sociedad.
-¿Entonces cómo definiría la realidad de Echagüe?
-Mirá, vamos a la realidad. Es una cuestión que debemos sentarnos con otros sectores para charlar sobre el tema. Si hablamos de estabilidad, para que un club la logre debe cobrar una cuota de 100 pesos. Si hiciéramos eso no tendríamos socios y no les podríamos brindar a los chicos la contención que hoy necesitan. Si la gente pudiera abonar ese dinero, sí nos alcanza para mantener la estructura que demanda el club. Sin embargo, con la cuota real que tenemos que cobrar, que oscila en 20 pesos, llegamos a un 60 por ciento de lo que el club necesita para mantenerse. El Estado ha brindado algunos subsidios, pero no es algo estable, son sólo parches para un presente muy complicado. Con ello no cerramos la ecuación o los números que el club necesita para mantener toda su estructura. En función de ello salen algunos eventos, algunos auxilios que tenemos que aprovechar, como el alquiler del salón para el Bingo que hoy funciona en el club. Nosotros hicimos este contrato con la intención de cerrar esta ecuación, no fue porque nos interesó o nos gustó sacarles el salón a los socios. Lo hicimos para tener un ingreso más y así intentar llegar a los números reales.
-Lo que usted señala es el gran problema de todos los clubes, ninguno de ellos escapa a esta misma problemática.
-Tal cual, todos los clubes tienen estos problemas. Estamos tratando de mantener un diálogo con las autoridades que vienen como para dar a conocer estos problemas y ver de qué forma podemos llegar a tener un reconocimiento. Convengamos que el reconocimiento a los dirigentes deportivos es nulo en nuestra sociedad. Cuando uno va a pedir una audiencia hasta medio te esquivan, te miran como diciéndote: “Venís a jetear”, o si vas a cobrar una ayuda: “Ah, mirá lo que te estás llevando”. Nadie valora las horas que dejan los dirigentes para dedicarse por el club. Es hora de que la gente apoye esta iniciativa y que pelee por el funcionamiento de los clubes.
-¿Hace cuánto que es presidente de Echagüe?
-Hace cuatro años. Comenzamos con una comisión reorganizadora en la cual en aquel tiempo asumieron cuatro ex presidentes. La asamblea me propuso para que los acompañara. Posteriormente algunos de ellos se alejaron y fue ahí que nos hicimos cargo del club.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)
