Claudio Cañete

El periodista y licenciado en Comunicación Social José Luis Ferrando presentará este jueves en Paraná Todo por decir. Medios del Estado y Sociedad Civil (Editorial Dunken), un aporte local al debate sobre la ley de radiodifusión. Se trata de una reflexión teórica sobre la actualidad de los medios del Estado y las posibilidades de incorporar a la sociedad civil para modificarla. El libro está basado en un trabajo de campo de 45 entrevistas realizadas a representantes de la sociedad civil, de los tres poderes del Estado y del sector privado, sobre LT 14 en particular y los medios del Estado en general, en relación al eje semántico medio del Estado-sociedad civil-libertad de expresión. La charla será a las 20 en el Auditorio de la Facultad de Ciencias de la Educación (Buenos Aires 389) y participarán en el panel los licenciados Juan Bracco (secretario de Redacción de APF Digital) y Horacio Robustelli (consultor y docente universitario). ANALISIS dialogó con el autor de esta importante obra.

A partir de su trabajo en LT 14 Radio General Urquiza de Paraná, una de las pocas emisoras estatales-comerciales del interior del país sobreviviente a las privatizaciones de los 90, el periodista y licenciado en Comunicación Social José Luis Ferrando propone reflexionar sobre las posibilidades de involucrar a la sociedad civil en el mejoramiento de los medios del Estado. En su libro Todo por decir nos advierte que pensar el Estado, la sociedad civil, la libertad de expresión y los medios del Estado en una propuesta de tales características puede llevarnos a dilemas aún por discutir: ¿Cómo “separar” el Estado del “gobierno”? ¿Se soluciona la cuestión incorporando a la sociedad civil? ¿Cuál es la mejor forma de incorporarla? ¿Qué potencial dinamizador de la actividad del Estado tiene la sociedad civil? ¿Atesora ésta la reserva de transparencia que al Estado le estaría haciendo falta? Sobre estos interrogantes, Ferrando mantuvo un diálogo con este semanario, horas previas a la presentación de la publicación.

-¿Cuándo comenzaste este trabajo de análisis? ¿En el marco de qué ámbito?
-Se dio en mi doble condición de periodista de LT 14 y estudiante de Comunicación Social. Hace unos 11 años se me ocurrió preguntarme cómo se podría pensar en un diseño institucional que garantizara mínimamente reglas de juego para el funcionamiento de un medio del Estado que permitieran mayor pluralidad en la programación y una administración más transparente.

-¿Y cuándo decidiste llevar esa idea a un libro?
-No sé exactamente cuándo se convirtió en un libro. Primero fue una charla con compañeros, algunas utopías en común. Luego varios desencantos. Fue trabajo, lecturas, cursado de materias, discusiones de bar, de café, de asambleas con compañeros. Fue también momentos de angustia cuando nos vendían al mejor postor, fue salir a la calle a pedirle a la gente que nos firmara una planilla contra la privatización. Fue alegría y festejos compartidos con los compañeros cuando se paraba la venta de la radio. La satisfacción de saber que esta vez no nos iban a robar los sueños, por lo menos no a nosotros. Era sentirte un trabajador y estar orgulloso de serlo. Era también impotencia, cuando llegaban los otros, los nuevos directivos y sus amigos, y sentir que todo seguiría igual. Y nada, era así nomás, de eso se trataba, de que la radio era de ellos. Y después fue más lectura y más trabajo intelectual, y terminar la tesis, porque las cosas hay que terminarlas, porque el tiempo pasa y es bueno que las cosas no queden inconclusas. No sé cuándo fue un libro, sí sé que no lo escribí solo.

-Evidentemente, por tu trabajo en la radio, te preocupa la ley de radiodifusión. Desde tu óptica ¿cómo entraría la sociedad civil en el debate de una nueva ley?
-Bueno, el hecho de que hoy se esté hablando de debatir una nueva ley de radiodifusión es muy auspicioso para la publicación del libro. De hecho, considero que hasta aquí no hubo momento mejor, pero se da de pura casualidad. Con respecto a una futura ley, indudablemente está todo por verse. Mi trabajo tiene que ver más específicamente con los medios de comunicación del Estado. Y en el juego que propongo en las entrevistas realizadas como en el análisis posterior, la idea es hablar de lo que pasa con estos medios, pero también de qué podría hacerse al respecto. Y es ahí donde me parece que el involucramiento de la sociedad civil, a través de cualquier esquema institucional que se pueda llegar a acordar, es fundamental para construir medios diferentes. La idea no es nueva ni mucho menos de mi propiedad. Yo lo que hice simplemente fue tomarla y problematizarla. Salir y preguntarles a los representantes de la sociedad civil, de los tres poderes del Estado del sector privado por su percepción de la emisora y su relación cotidiana con ella. Pero también por su propia percepción como sociedad civil, como dirigentes políticos, etcétera. También hago un análisis teórico, histórico, de cuatro territorios conceptuales que habitualmente se piensan por separado, pero que pueden agruparse, relacionarse, en un mismo objeto de estudio para pensar el problema: el Estado, la sociedad civil, la libertad de expresión y los medios del Estado. Y en ese análisis suelen aparecer muy claramente los ejes discursivos del neoliberalismo. Las dicotomías conservadoras del statu quo, cómo “el Estado es corrupto, la sociedad civil es transparente” o, desde el poder político, entender la pluralidad sólo como darle lugar a la oposición político-partidaria, sin permitir expresiones por fuera de esa lógica corporativa.

(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)