-La doble vida de la UIA. Recientemente fue renovada la cúpula de la Unión Industrial Argentina (UIA), la principal central gremial empresaria. Héctor Méndez, de la industria del plástico, reemplaza a Juan Carlos Lascurain. De esa manera, se instala al frente de esta poderosa gremial empresaria una perspectiva conservadora con sesgos confrontativos con la política que lleva adelante el gobierno de Cristina Kirchner. La confrontación en el caso del nuevo titular de la UIA pasa por presionar en pos de un dólar más alto como forma de garantizar una mayor ganancia. Consultoras privadas de mucho prestigio por aciertos recientes, que incluso asesora a importantes empresas industriales, opinan diferente y respaldan el manejo del valor del dólar por parte del Banco Central. Simplemente como ejemplo se puede citar la posición sostenida por la Consultora Miguel Bein, un economista independiente que no profesa en la iglesia del neoliberalismo. Es importante para la salud de los argentinos parar la oreja sobre el significado de esta confrontación entre la cúpula industrial y el gobierno, tomando como referencia esta visión independiente del economista que se cita. Forma parte de la historia negra de la República Argentina el comportamiento mezquino de las cúpulas industriales en momentos que la economía nacional enfrenta una fase negativa de su ciclo económico.
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-La magnitud de la crisis. Seguramente esta dureza por parte del nuevo presidente de la UIA también se inserta en inocultables especulaciones ante la proximidad de los comicios. Después de todo, que los conflictos se canalicen en las pujas electorales es la razón de ser del sistema democrático en su versión más primaria y tradicional. Pero la presión que se vuelca sobre la relación entre el peso y el dólar marca un empezar a caminar terrenos trillados tiempos antes por esta institución empresaria que, como se describe anteriormente, terminaron en pequeñas o grandes tragedias nacionales. Por otra parte, cuando se miran los comportamientos de organizaciones sociales como la UIA o la CGT, hay que ligarlos a la magnitud de la crisis del sistema capitalista mundial. Soslayar esta situación puede ser extremadamente gravoso para cualquiera de los protagonistas. Se citan estas dos instituciones por la incidencia directa que tienen en la evolución del empleo, el salario y, de última, en la marcha más inmediata de la economía. Para dar cuenta de la necesidad de articular serias prevenciones, basta con hacer un ejercicio ficcional. Podemos imaginar a la cúpula de la CGT con Hugo Moyano dispuesto a tensar fuerza de tal manera que el gobierno de turno se abra frente a una participación directa del movimiento obrero.
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-La puja justicialista. Dentro del telón de fondo que se describía, la aproximación al 28 de junio va cargando de tensiones la vida del justicialismo entrerriano. La movida de lo que se dio en llamar “candidaturas testimoniales”, que tuvo como centro de lanzamiento el justicialismo bonaerense, produjo una verdadera revuelta en las internas lugareñas. De todas formas, es de hacer notar que Jorge Busti puso en caja su malestar y abogó por una salida de consenso avalada por el congreso partidario tal como se había acordado tiempo atrás con el gobernador Sergio Urribarri. Desde ahí nombres y listas van y vienen, las especulaciones vuelan, tanto por la velocidad con que aparecen como con la distancia que tienen muchas de ellas con un elemental sentido de realidad. En esa telaraña ha, sin embargo, cosas que afloran en superficie que parecen marcar un rumbo de llegada. José Cáceres, presidente del justicialismo provincial por la renuncia de Jorge Busti, se va transformando en una figura que garantiza un ambiente de consenso y de integridad partidaria.
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-El despliegue radical. Con una elección interna por demás prolija, el radicalismo decidió que Atilio Benedetti, intendente de la ciudad de Larroque, pase a formalizar el primer lugar en la lista de diputados nacionales por ese partido. La diferencia fue importante y suficiente como para galvanizar un consenso interno entorno a la propuesta que impulsa este candidato. El flamante ganador atrapado por fin por las cámaras televisivas de la capital de la provincia plantó con mucha convicción dos ejes fundamentales de su campaña. Por un lado, puso como fundamento de su triunfo la apuesta “a un radicalismo ganador”. “Un radicalismo con ambición de poder”, enfatizó. De esta manera, Benedetti toma distancia de figuras que hicieron a la historia de ese partido enfrascada en una retórica de pretendido principismo. Cuando se hacen estas reservas en el radicalismo se hace referencia al perfil de político que encarnó Ricardo Balbín, un eterno perdedor frente al justicialismo. Benedetti, por el contrario, pone sobre la mesa una postura pragmática y todo lo que piensa quiere transformarlo en acción.
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-Derivaciones. Por fuera de las candidaturas y los frentes posibles, las elecciones radicales dejaron proyecciones en diferentes sentidos. Seguramente a Fabián Rogel le golpeó fuerte la derrota en Paraná. En estas circunstancias las chances estaban a su favor por ejercer la presidencia del partido en el distrito. A pesar de esa ventaja, en un final reñido, Sergio Varisco, apoyando a Benedetti, sacó la diferencia.
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