Silvio Méndez
Al calor de la doctrina impulsada por la renovación dentro de la iglesia por parte del llamado Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo, muchos adolescentes que concurrían a escuelas confesionales conocieron y practicaron una idea de participación política cercana a los más necesitados. Entre fines de los ’60 y principio de los ’70, uno de los epicentros en el cual se brindó este tipo de educación en Paraná fue el colegio Don Bosco. De allí surgieron activos grupos que lucharon junto a sus pares de toda la ciudad por el medio boleto estudiantil y luego, más ampliamente, se fueron ligando a organizaciones de la izquierda, fundamentalmente peronista. El regreso del líder al país en el 1973 potenció la efervescencia y compromiso, y luego de su muerte aglutinó un repliegue ante la infernal represión que desató el gobierno de facto.
Jorge Molinelli fue uno de esos los adolescentes de aquel tiempo, que supo participar activamente en su escuela, la Unión de Estudiantes Secundarios (UES) de Paraná y luego en Montoneros, hasta que cayó preso en el 77. En diálogo con ANÁLISIS su relato lleva a dar cuenta de una pintura de época donde las potencialidades de transformaciones que encaraban colectivamente fuero proporcionalmente sofocadas por una maquinaria de terror y exterminio del gobierno militar.
“Hay que entender lo que fue la iglesia en ese momento, la influencia de los curas del tercer mundo. Si bien toda la transformación de disciplinamiento de (el arzobispo Adolfo) Torotolo ya se había producido, pero quedó toda una ola de la postura popular de la iglesia”, precisa.
Jorge era un adolescente que recién ingresaba al colegio cuando vuelve del exilio Juan Domingo Perón, y en 1976 cursaba su último año de secundaria en la Don Bosco. En Luis Alberto el Bicho Fadil (que estudiaba en la Base) reconoce a un compañero y líder con el cual conforman la UES, desde el trabajo del centro de estudiante pero, sobretodo, identifica al peronismo como plataforma de todas estas experiencias.
La acción social de la iglesia en barrios pobres y obreros, configuraron un interés de ayuda al prójimo. Compromiso que luego encarnó la militancia en sectores del Justicialismo. “Esas fueron las dos grandes vertientes de un grupo que, en mi año, jugó en su momento con el trabajo de creación de la UES”.
En la escuela, Jorge señala que Mario Menéndez –actualmente desaparecido– era un poco el que lideraba esa participación dentro de la UES, en esa batalla silenciosa contra los sectores más reaccionarios que se jugaba también en relación con el trabajo para el regreso al país de Perón.
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