Daniel Tirso Fiorotto
Especial para ANÁLISIS
En La Picada quieren instalar la futura planta de Cotapa, porque en Paraná quedó cercada por las viviendas y no se sostiene. La idea de las autoridades locales radica en impulsar un polo de desarrollo lácteo en un proyecto bastante ambicioso que involucra también aspectos culturales, educativos y ambientales. Y el terreno elegido, junto a la ex estación del ferrocarril, linda con el Parque Escolar Rural Enrique Berduc, un área natural protegida.
Las posiciones son compatibles, pero no será fácil armonizarlas en una zona que tiene como una identidad la presencia de esa reserva natural, trazada por un arroyo todavía limpio, en donde algunos vecinos piensan que una industria desentonaría.
Es que las industrias de la leche son contaminantes y por eso algunos vecinos que pelean por el área natural, por lo poco que queda en una región talada y atropellada por el monocultivo, pusieron el grito en el cielo. Con más razón cuando pensaban en actividades orgánicas y ahora sienten que el Estado provincial, en vez de alentarlos, los desanima.
La solución, dicen los impulsores del traslado de Cotapa, es sencilla: garantizar un buen tratamiento de efluentes. Y facilitar así la instalación de una actividad que arraiga a los productores en el campo y genera empleos en la fábrica. Trabajo que La Picada necesita para sus jóvenes.
El problema radica en que Cotapa no llega con los mejores antecedentes: la ciudad de Paraná ya muestra sus arroyos colapsados. Las Tunas es un ejemplo. Entonces hay vecinos de La Picada que dudan de esas garantías.
Si uno escucha a las dos partes, los términos son por ahora antagónicos. Y en las últimas semanas se añadió un conflicto paralelo que complicó las cosas: una gestión del ministro de la Producción, Roberto Schunk, para el paso de una institución de la Universidad Autónoma de Entre Ríos al Consejo de Educación generó malestar en docentes y directivos de la Uader, que consideraron la acción como un intento de avasallamiento a la autonomía universitaria. La embestida ya pasó, pero no se la perdonan particularmente al ministro porque es profesor universitario y sabe de qué se trata.
La escuela Almafuerte está cerca del predio donde se instalará Cotapa y es parte del área protegida Parque Escolar Rural Enrique Berduc, destinado a la preservación de especies y a la educación. La idea de su traspaso de órbita dentro del proyecto que impulsan los gobiernos fue un error táctico porque unió a los sectores que se resisten a Cotapa, es decir: generó antipatías.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)
