Daniel Tirso Fiorotto
(Especial para ANÁLISIS)
“Calle Supremo Entrerriano frente a Innova (un comercio de Santa Elena). Me parece bien, pinta de puto tenés, y cuando salís de la radio que agarrás por la vereda del Club Tiro yo te apunto con la carabina por la espalda y te chiflo y ni mirás para atrás, sos un blanco fácil, yo te tengo bien marcado, tuve muchas oportunidades para pegarte un cohetazo”.
Ese es el texto de una de las decenas de amenazas de muerte que padece el periodista Carlos Elías Furman en Santa Elena, ya golpeado en dos oportunidades por patoteros del poder, y con su casa baleada, o cubierta de pintadas antisemitas.
Los ataques se agudizaron en los últimos días tras las victorias electorales del jefe político local, Domingo Daniel Rossi, y Furman debió clausurar su participación periodística en radio, en vista de la falta de seguridad que padece. Las patotas lograron callarlo, por ahora.
Es que el periodista ha denunciado al ex vicegobernador e intendente electo por todos los medios a su alcance para impedirle la continuidad en el poder tras la condena a prisión condicional y a inhabilitación por enriquecimiento ilícito.
Como respuesta, llueven amenazas contra el periodista y sus allegados: “Acá en Fátima nos estamos preparando para ir al centro a festejar, ya tenemos la carabina y un 22 preparados para los rusos del corralón, si se hacen los locos van a ligar cohetazos en las rodillas”.
“Los rusos” son empresarios de Santa Elena, de apellido Jacobi, que en los momentos más difíciles de Furman le dieron amparo, con gran coraje cívico. Furman suele hacerles changas (cobranzas, trámites) para sobrevivir.
“Yo vivo denunciando que Rossi se robó los 5 millones de dólares, que falsificó las firmas de la madre y la mujer, pero para algunos soy yo el culpable, no Rossi”, dice Furman. “Yo digo que Rossi es un ladrón, que es un corrupto, eso digo por radio, que es un condenado, no falto a la verdad”, insiste.
Y siguen las amenazas: “Ja ja ja, sos una presa fácil gato. Nosotros no somos la Justicia, somos negros del Barrio Fátima… acá todos nos tienen miedo, hasta la gorra, a los rusos los tenemos marcados”.
“Mugriento y la concha de tu madre, das lástima hasta de pegarte, bolsa de guampa, ojalá que te maten, forro”.
Otra: “Voy a la radio, esperame. Ni para repuesto vas a quedar, infeliz”.
Ante mensajes así, Furman solía cortar el programa con anticipación y marcharse. La semana pasada optó por cerrarlo.
(más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)
