Jorge Riani

Con el mismo énfasis con que el intendente de Zapallares promete hacer el hotel cinco estrellas, en “El dedo en la llaga”, con la decisión firme con la que los gobernantes aseguraban que iban a construir la represa en “Un lugar en el mundo”, así, como si su personaje estuviera inspirado en el vendedor de monorrail en Los Simpsons, el gobernador Sergio Urribarri anunció la construcción del megaestadio en Paraná.

Dijo que lo va a hacer porque, “como buen vasco”, cuando algo se le pone en la cabeza “no me lo saca nadie”, dijo, “y lo hago”. Un argumento sólido, una razón de Estado.

El 24 de noviembre, cuando los roles de gobernantes y candidatos se confundían en un mar de actos, Sergio Urribarri y Blanca Osuna anunciaron la construcción del campo deportivo en las afueras de Paraná.
Hasta el momento no se había hablado jamás de ese proyecto, excepto en un sueltito periodístico donde el mandatario provincial dejaba trasuntar que se podría construir un estadio cubierto. Era una noticia de agosto de 2011, de no más de cuatro centímetros sobre la página. Y nunca más se habló.

De pronto, días antes de las elecciones brotó el interés por el estadio y se anunció dos semanas antes de las elecciones, lo que le permite decir al oficialismo que cuenta con el consenso social del voto que consagró como intendenta a Osuna y como gobernador por un nuevo período a Urribarri.

Si el presupuesto participativo es el instrumento que permite decidir a los ciudadanos en qué se gastará el dinero del conjunto de la sociedad, acá está claro que no existe siquiera una consulta en el seno de las Legislaturas provinciales o municipales.

Se habló de un estadio para 30 mil personas, con posibilidad de ampliación para unas 12 mil más, con un estadio cubierto aparte para eventos que requieren lugares cerrados.

Así lo dijo Urribarri aquel 24 de noviembre de 2011: “Quiero hacer un compromiso público, y como buen vasco, se me pone algo en la cabeza y no me lo saca nadie: lo hago; que esta ciudad de Paraná va a tener por impulso, decisión e inversión de este gobernador, el estadio único, para que en ese estadio único, principalmente pueda albergar competencias de fútbol y de rugby de excelencia y seguramente, dentro de muy poco el fútbol en la A, como vamos a tener un equipo”.

(Más información en la edición gráfica de la revista ANALISIS del 19 de julio de 2012)