Sofía Arnaudín
“Mujer de Chamamé”, el último material discográfico de la acordeonista Marcia Müller, fue nominado a Los Premios Gardel 2021 en la categoría “Mejor disco de Chamamé”. A la espera del resultado, la artista aquerenciada entrerriana habla sobre los procesos artísticos y humanos que enarbolan este trabajo que la representa en lo humano y en lo artístico; la música, la investigadora, la militante, La Marcia que se abre en un diálogo profundo con ANÁLISIS.
El acordeón; la voz que irrumpe potente, pero melodiosa; la guitarra y el guitarrón, sosteniéndolos; y la risa, la risa siempre compañera. Así se construye “Mujer de Chamamé”, un disco de canciones de autoría y arreglos de la acordeonista, cantautora e investigadora, Marcia Müller.
Nacida en Campana, Buenos Aires, la vida la quiso entrerriana. Entre Ríos despertaba mi canto ancestral, dice, “Mujer de Chamamé”; un disco compuesto por 12 canciones que la artista lanzó a fines de 2020 junto a Maru Figueroa (guitarra) y Nadia Ojeda (guitarrón). “La formación de trío de mujeres se dio naturalmente, no lo busqué; pero reforzó la idea del disco”, dice a este medio, Marcia Müller, sobre un disco que considera “feminista”; concepto que la rodea y que expresa en composiciones como “Soy Mujer”, “La Muda” o “Mujer de Chamamé”, canción inaugural de un disco de mujeres chamameceras. “Creemos que es muy potente. Lo hemos trabajado profesionalmente, con mucho respeto, pensando cada detalle musical, poético, gráfico, fotográfico; todo el contenido. Y eso ha dado su fruto”, detalla la autora.
Y vaya que sí: en mayo de este año, “Mujer de Chamamé” había quedado nominado a Los Premios Gardel 2021 como “Mejor Disco de Chamamé”. “Para una producción independiente estar ternado es… guau”, expresa, Marcia, como si fuese demasiado bueno para ser cierto y continúa “Me han llamado desde Uruguay, México, Chile para conocer este trabajo. Haciendo un esfuerzo de autogestión lo podés lograr, pero con esto se facilita enormemente. Es una puerta muy grande, una puerta que de otra manera creo que no se abre, o que de otra manera lleva muchísimo tiempo”, detalla la artista sobre las bondades de esta nominación y reflexiona “Si esto me hubiese pasado hace tres o cuatro años atrás, con el disco anterior, no sé si hubiese tenido la misma respuesta profesional que tengo en este momento”.
-Decís que desde la nominación te han llamado de todos lados ¿qué es lo que más les asombra a las personas que se encuentran con tu trabajo por primera vez?
-Varias cosas, porque se ve que cada uno hace una investigación diferente; yo tengo material desde hace mucho tiempo en las redes, entonces según lo que encuentren mío, me van preguntando. Mucha gente se sorprendió de que yo no sea nacida en Entre Ríos -nací en Buenos Aires-; les sorprende que toque el acordeón y cante; y hay muchos sorprendidos por mi horno de barro, que nada tiene que ver con la música, pero está en las redes y les encanta - ríe y continúa- ahí se cocina una inspiración maravillosa para un montón de temas, es más, mi horno de barro ya tiene su tema -que se llama Mi horno de barro- que ya lo vamos a grabar y lo vamos a compartir con la gente.
-Y la mirada sobre vos misma ¿ha cambiado?
-Cuando dispuse postular el disco, fue pensar bastante. Primero, una se expone a medir el arte, pero para mi el arte no se puede medir. Eso yo lo tengo muy claro, sin embargo, charlando con mi compañera y las chicas del disco, entendí que este tipo de concursos y puntualmente los Premios Gardel, apuntan a otra cosa que en este momento de mi carrera me puede beneficiar como de hecho ya lo está haciendo. Cuando una hace un trabajo independiente, autogestivo, es todo chiquito, controlado y controlable, pero a partir de este momento, bueno… decidí meterme a ese mundo que muchos artistas aspiramos, no tenemos mucha idea de cómo es porque te requiere mucho más tiempo y preguntarte ¿querés exponerte tanto tiempo? Tenes que encarar tu trabajo con una profesionalidad muy profunda, que no quiere decir que antes no lo hubiese hecho, pero esto sube mucho la vara. Yo ya estoy pensando -porque me lo exijo a mí misma- en que el año que viene quiero trabajar en otro disco. Creo que en este momento puedo estar a la altura de esa circunstancia porque hace muchos años que me vengo preparando. Si esto me hubiese pasado hace tres o cuatro años atrás con el disco anterior, no sé si hubiese tenido la misma respuesta profesional que tengo en este momento.
(Más información en la edición gráfica número 1121 de la revista ANALISIS del jueves 10 de junio de 2021)
