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Dos nuevas provincias oficializaron casos de pacientes afectados por fentanilo contaminado

Dos provincias oficializaron otros siete casos asociados al uso de fentanilo contaminado en el sistema de salud. Córdoba reportó seis casos al sistema nacional de vigilancia epidemiológica y Río Negro informó un caso; todos están bajo investigación. Fue luego de varias semanas de haberlo informado al juzgado federal que lleva la investigación en La Plata.

También, de acuerdo con la actualización difundida esta tarde del Boletín Epidemiológico Nacional, ascienden a 50 las muertes comunicadas al Ministerio de Salud de la Nación desde las jurisdicciones. Eran 48 a la semana pasada. La cifra difiere de la analizada en el expediente judicial a cargo de Ernesto Kreplak, que abarca 87 decesos supuestamente confirmados y otros 9 sospechosos.

“A la totalidad de los casos fallecidos se les suministró previamente el lote de fentanilo mencionado [por el lote N° 31.202 de HLB Pharma], con 12 días la mediana entre la administración y el fallecimiento. De todas maneras, aún se encuentra en investigación si la causa del fallecimiento está vinculada al evento en estudio. Cabe destacar que, en todos los casos, eran pacientes que se encontraban previamente internados por otras causas y se les administró el medicamento en contexto de la intervención que cada uno requería por su estado clínico", aclaró, una vez más, la cartera sanitaria.

Esos registros que recopila Salud mantienen en 67 el número de casos en los que se confirmó por laboratorio o nexo epidemiológico la exposición a dosis contaminadas con bacterias producidas por HLB Pharma en la planta de Laboratorios Ramallo. Corresponden a pacientes que fueron atendidos en centros ubicados en la provincia de Buenos Aires, Santa Fe y la ciudad de Buenos Aires. Ahora, se suman Córdoba y Río Negro. Neuquén terminó por descartar la asociación en un caso notificado semanas atrás.

El equipo del instituto Malbrán a cargo del análisis de ampollas de fentanilo y su cotejo con aislamientos de muestras de pacientes terminó de identificar la presencia de las bacterias Ralstonia mannitolilytica (inicialmente señalada como Ralstonia pickettii, otra especie) y Klebsiella pneumoniae productora de metalo betalactamasa (MBL). Ahora, junto con tres integrantes del Cuerpo Médico Forense, trabajan en determinar si la administración del medicamento estuvo o no asociada con la muerte o el agravamiento de los cuadros de las personas infectadas.

Doble pesquisa

Los registros sobre el alcance de los daños que pudo ocasionar la llegada al mercado de miles de ampollas de lotes contaminados se vienen canalizando por dos vías: la judicial, a través de respuestas desde las provincias a los requerimientos de la fiscalía o el juzgado interviniente, y la sanitaria, mediante la carga online que deben hacer los prestadores en el Sistema Integrado de Información Sanitaria Argentino.

Así es como en el Juzgado Federal N° 3 de La Plata reunieron información sobre casi un centenar de decesos vinculados con la administración del producto en centros de atención del país, mientras que el Ministerio de Salud de la Nación actualizó hoy en 50 el número de fallecidos. Corresponden a lo comunicado por 12 de las 21 instituciones donde se detectaron casos de enfermedad invasiva asociada al uso de medicamento contaminado, que es como se definió el evento.

Además de la investigación interna que lleva adelante el Ministerio de Salud sobre faltas cometidas por funcionarios de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat), queda en el ámbito judicial avanzar en definir si el uso del fentanilo terminó siendo fatal y, también, determinar dónde se produjo la contaminación en la cadena de producción. Esto, aun cuando documentos internos de la Anmat demuestran que hubo ausencia de acciones preventivas oportunas a pesar de las irregularidades comprobadas que terminaron por permitir la comercialización a centros de salud de un producto no seguro para los pacientes, publicó La Nación.

Un antecedente en Concordia en 2023

En junio pasado, el programa Cuestión de Fondo (Canal 9) dio a conocer un estudio basado en muestras tomadas en el hospital Garat de Concordia, donde se reveló un episodio grave ocurrido en 2023 vinculado al laboratorio HLB Pharma. En aquella oportunidad, seis mujeres con cáncer de mama resultaron infectadas con la bacteria Ralstonia mannitolilytica tras recibir dexametasona en mal estado, fabricada por el mismo laboratorio. El hallazgo fue denunciado por la infectóloga María Florencia Prieto y su equipo, quienes intervinieron rápidamente para contener el brote.

Los médicos del Garat debieron retirar quirúrgicamente los catéteres infectados de las pacientes oncológicas, sometiéndolas a procedimientos de alto riesgo debido a su delicado estado. La investigación interna descartó fallas de asepsia en la institución y permitió identificar que la fuente de contaminación provenía directamente del fármaco suministrado. “Analizamos cinco ampollas y en las cinco creció la bacteria”, explicó Prieto en diálogo con CdF, lo que confirmó que el problema se había originado en el proceso de manufactura.

La situación fue informada de inmediato a la ANMAT, a través del Colegio de Farmacéuticos de Entre Ríos. Sin embargo, la respuesta del organismo nacional llegó recién en octubre de 2023, y fue categórica pero desconcertante: el producto “reunía las condiciones correctas”. Pese a ello, la rápida decisión de retirar las ampollas contaminadas de circulación evitó consecuencias más graves. Para que el hallazgo no quedara en el olvido, los profesionales decidieron publicar los resultados en una prestigiosa revista de infectología.

El 23 de mayo de 2023, Prieto y un equipo multidisciplinario publicaron el artículo “Brote de Ralstonia mannitolilytica”, donde describieron en detalle los casos, el procedimiento de detección y las conclusiones científicas. El estudio señaló que todas las pacientes eran mujeres de entre 38 y 80 años, con un promedio de edad de 58, y que la contaminación provenía de ampollas cerradas de dexametasona. La publicación constituyó un antecedente crucial sobre la peligrosidad de fallas en la producción farmacéutica y hoy cobra nueva relevancia ante el escándalo nacional que involucra al mismo laboratorio.

 

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