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La coalición como estrategia: Frigerio y la política del entendimiento

Marcos Di Giuseppe

En política, los aciertos no son producto de la suerte, sino de la capacidad de leer el tiempo con lucidez.

Rogelio Frigerio advirtió que el cambio que los entrerrianos elegimos en 2023 no podía agotarse en una simple alternancia de gobierno: debía consolidarse como una transformación profunda de la cultura política.

Por eso, su decisión de ampliar la coalición de cara a las legislativas de 2025 fue un gesto de madurez estratégica y una lectura certera de la realidad entrerriana.

Su liderazgo se afianza en la capacidad de construir consensos amplios, de convocar desde la diversidad y de ofrecer horizonte en una ciudadanía que exige futuro.

Como señalan Pierre Rosanvallon y Natalio Botana, la democracia contemporánea demanda y exige liderazgos que no solo administren, sino que interpreten y articulen la pluralidad social.

Los ciudadanos no se sienten contenidos por estructuras rígidas, sino convocados por quienes logran dar dirección, sentido y propósito compartido a esa diversidad.

Frigerio encarna esa comprensión. En sociedades complejas, la estabilidad se logra por la amplitud de los acuerdos que la sostienen.

La verdadera fortaleza de un proyecto político radica en su capacidad para integrar miradas distintas bajo un mismo objegtivo, en reconocer que la diversidad no debilita, sino que enriquece y da legitimidad.

El nuevo sistema de Boleta Única Papel expresa ese mismo espíritu.

Libera al ciudadano, lo emancipa de las estructuras que condicionaban el voto y lo coloca en el centro de la decisión democrática. Es una herramienta moderna que refuerza la autonomía individual y la transparencia institucional.

La ciudadanía entrerriana sabe bien qué es lo que no quiere: no quiere volver al pasado. Pero también entiende que el futuro no se espera, se construye.

En tiempos de incertidumbre, cuando abundan razones para justificar lo absurdo o inducir lo imposible, nuestro gobernador se distingue por su prudencia para decidir, visión para anticipar y convicción para sostener.

Los estoicos afirmaban que la fortaleza del gobernante se mide no por la ausencia de dudas, sino por la serenidad con que actúa en medio de ellas. No es la suerte la que arriesga, sino la claridad de quien entiende su tiempo y asume la responsabilidad de transformarlo.

Como recuerda Natalio Botana en “La experiencia democrática”, la democracia está situada, pues, en la intersección entre pasado y presente, prestando oído atento a la complejidad, para construir el futuro.

Hacia allá vamos, porque solo en la acción hay esperanza.

*Integrante del Ateneo Crisólogo Larralde y Presidente del Ente Autárquico Puerto Concepción del Uruguay

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