En una extensa entrevista, el vicepresidente de la Obra Social de Entre Ríos (OSER), Ricardo García, se refirió al trabajo que se viene desarrollando tras los cambios en el organismo, y respondió inquietudes, quejas y consultas de los afiliados.
En declaraciones realizadas al programa A Quien Corresponda (Radio Plaza 94.7), García señaló que “hay un proceso, estamos trabajando en un cambio que fundamentalmente es cultural, en la relación interna del equipo administrativo y gerencial hacia el interior, con los equipos técnicos, los mandos medios de la obra social estamos en una transformación cultural tremenda; y también hacia el exterior en la relación con los prestadores y las entidades que nos prestan servicio llevando adelante una gestión que sea honesta, transparente, profesional, donde se ponga hincapié en el beneficio de los afiliados y de ninguna otra persona jurídica ni entidad. En ese camino estamos embarcados y, por supuesto, que falta muchísimo”.
En cuanto a esas cosas que faltan, puntualizó: “No hemos podido lograr todavía, pero estamos muy cerca de hacerlo, la digitalización completa de todo el procedimiento. Es un norte que nos hemos propuesto, que compartimos con el gobernador. No hemos podido lograr la transformación de todas nuestras sedes porque implica mucha inversión en lo económico”. De todos modos, aclaró que “todo lo que no hemos podido hacer, son cosas en las que estamos embarcados”.
En este marco, afirmó que “no se cerró ninguna delegación del interior, porque además eso está previsto en la ley y somos muy respetuosos de la ley 11.202”. No obstante, planteó que “sí hay que ver la forma de optimizarlas, porque tenemos un local alquilado en una localidad –que no voy a dar nombres para no estigmatizar ni a la localidad ni al empleado- donde se paga alquiler, internet, luz, teléfono, servicios, y demás y tenemos 300 afiliados, que quizás es una sede que atiende a una persona por día. Por eso estamos buscando alianzas estratégicas con entidades públicas como hospitales, registro civil, Municipalidad, para colocar una ventanilla de la obra social, para ahorrar un gasto que es absolutamente inútil”.
Respecto de la delegación en Villa Libertador San Martín que dejó de funcionar los domingos, explicó que “estábamos teniendo grandes problemas con nuestros empleados porque, obviamente, ninguno quería ir a atender un domingo con toda razón, no tenían absolutamente ningún fin de semana largo del que gozan todo el resto de los empleados de la administración pública, y la realidad es que el Sanatorio funciona los domingos como si fuera un lunes porque ellos son sabatistas, pero le vamos a encontrar la vuelta para darle una solución a los afiliados que concurren a atenderse los domingos. La verdad es que quisimos darles un respiro a nuestros agentes de la sede de Villa Libertador San Martín y se decidió desde la semana pasada no abrir más los domingos, por lo menos, por ahora”.
Situación financiera
Consultado respecto de la situación económica y financiera de la obra social, García admitió que “es delicada”. “Estamos permanentemente haciendo los ajustes necesarios porque nuestro norte, como en toda entidad, es tener un equilibrio fiscal y en eso estamos trabajando fuertemente. Hubo muchas medidas para eliminar gastos absolutamente inútiles. La gente tiene que saber que la OSER lo que hace es administrar fondos ajenos, es dinero que no es nuestro y lo tenemos que volcar en prestaciones de salud para nuestros afiliados, y no podemos poner ni un solo peso que no vaya destinado a eso”, explicitó.
“Hay algunos gastos superfluos, como las sedes que son innecesarios, gastos de transporte, combustible, resmas de papel, que quizás son cosas pequeñas y no mueven el amperímetro económico de la obra social, pero que implican un cambio cultural. Acá cada centavo que se invierte en a obra social tiene que ir en directo beneficio de la salud del afiliado, no puede ir para otro lado. Por ejemplo, hay una idea de que la obra social tiene que ser el sostén económico de algunas empresas o entidades o de algunas clínicas y sanatorios, y la realidad es que nosotros no tenemos que ser sostén económico de nadie, lo que tenemos que hacer es administrar de la mejor manera los fondos que nos ingresan para darle beneficios de salud a nuestros afiliados. Y ese también es un cambio cultural en el que estamos embarcados, que es muy duro”, describió.
Consultas y sugerencias
Ante los avances y retrocesos que marcan los afiliados, García planteó: “Tenemos 300.000 afiliados, hay más de 90 convenios firmados, hay convenios que tienen más 1.000 prácticas nomencladas, y es un universo tan grande que es imposible cumplir con las expectativas del 100% de los agentes”.
“El IOSPER de antes era insostenible; esto es como una familia, si el padre es un irresponsable que explota la tarjeta de crédito, empieza a pagar el mínimo, saca otra tarjeta de crédito, ya no le dan más tarjetas, después se mete con una financiera o un usurero, mientras la familia vivía en Disney y tenían todos los beneficios, pero económicamente era inviable. En la obra social pasaba lo mismo, acá había afiliados que recibían prestaciones que no corresponden, y por supuesto que el afiliado se enoja cuando uno se lo plantea. Pero el IOSPER tenía 54.000 millones de pesos de deuda, tenía un déficit que rondaba los 4.000 o 5.000 millones de pesos por mes porque había tal desmanejo y tal demagogia en el uso de los recursos, que mucha gente hoy se queja porque ya no cubre más ciertas cosas”, sentenció.
“Acá había reintegros por discapacidad que no se pagaban hace más de un año, y seguimos con un atraso. Es un universo y hay un procedimiento tan arcaico para la liquidación de los reintegros que demoran a veces cuatro, cinco o seis meses”, refirió.
- pedido de orden por la app y búsqueda de la orden en la obra social: “Eso se va a terminar, es un proceso que iremos implementando por pasos. Ya hay sedes donde se implementó el sistema para que el afiliado envíe el pedido por la app y la orden se le reenvíe por mail. Ni siquiera va a llegar la orden en los próximos meses, va a llegar directamente un QR o un código de barras para que le medico directamente con eso lo facture y no se necesite imprimir nada”.
- convenios con odontólogos y neurólogos: “Con odontología tenemos un convenio vigente con algunos prestadores individuales y algunas entidades que nuclean prestadores. En esto hay que tener en cuenta el delicado equilibrio económico y financiero que tiene la obra social, y somos muy conscientes de que cualquier nuevo convenio que se firme tiene que tener la responsabilidad del respaldo económico que se pueda afrontar. De nada nos serviría devolver una prestación que hace más de 10 años que no está prestando la obra social, si a los dos o tres meses no podemos pagar lo que comprometimos. Pero, además, recibimos gracias a la gestión del gobernador Rogelio Frigerio 16 equipos odontológicos nuevos de última generación y vamos a hacer algo sumamente novedoso para la obra social, que es tener consultorios propios con prestadores propios en nuestra sede. Ya estamos avanzando con las obras civiles, y si bien no resuelve toda la situación porque con 16 equipos no vamos a poder atender a 300.000 afiliados, pero es un camino que estamos empezando a recorrer para tener nuestros propios prestadores en nuestra propia sede”.
- demoras en pago a kinesiólogos: “Es una profesión que conozco muy de cerca y que históricamente ha estado relegada en la obra social, porque ni siquiera los atendían e imponían los aranceles unilateralmente. Nosotros hicimos una recomposición arancelaria muy fuerte con los kinesiólogos, no es verdad que haya recortes en los pagos, todos los pagos que recibimos todos los meses quedan sujetos a una auditoría posterior, porque la obra social no puede pagar a ciegas cualquier cosa que le facturen, y lo que se ha hecho es abonar las prestaciones de agosto en un enorme porcentaje a cuenta de la revisión. No hay recortes, no hay riesgo en ese sentido y no tienen por qué preocuparse”.
“Cuando firma un convenio acepta las condiciones entre las partes, y la obra social todos los convenios con todos los prestadores, absolutamente con el 100%, tiene pactado el pago a 60 días, que es un plazo relativamente razonable estipulado”, sentenció García.
- cobertura de medicamentos crónicos: “En el desorden en el que se administraba la obra social en el pasado había grandes ganadores, y cuando mi ganancia es exorbitante, el descontrol no me interesa. Y por ejemplo, había afiliados empadronados en el programa de enfermedades crónicas que recibían la medicación de por vida al 100% de cobertura para esa enfermedad crónica específica, pero además se había empezado a usar la costumbre de llevarse cualquier tipo de medicamento al 100% de cobertura. Si un afiliado que tenía diabetes retiraba su medicamento al 100% pero además si compraba un analgésico o un antigripal también se lo pasaban al 100%. Si el medicamento está asociado a la enfermedad crónica que debe recibir de por vida, no le fue recortado, y si hay un medicamento que no estaba asociado a la enfermedad crónica, por supuesto que no tiene más la cobertura del 100%, la tendrá al 40% o ambulatorio según corresponda”.
- prestaciones y reintegros por discapacidad: “Estamos trabajando en la transformación de una cosa que es realmente perversa. Acá existe el sistema de reintegro, donde el afiliado tiene que pagar y es una primera cuestión conflictiva porque si no tiene la plata en el momento, no puede tener la prestación. Después tiene que presentar en la obra social la factura que le hizo el prestador para que se audite y vaya a saber cuándo se le devuelva esa plata. Una familia de una persona con discapacidad tiene cuatro, cinco o seis prestadores todos los meses y la madre o el padre se termina transformando en un empleado administrativo de la obra social porque dos o tres mañanas por mes se tiene que sentar a ver qué le pagó la obra social y a quien le tiene que devolver, porque lo que ocurre en la práctica es que el profesional emite la factura sin cobrar y queda a la espera de que la obra social le pague la plata al afiliado, para que finalmente le pague la prestación. Es un sistema arcaico, muchas veces perverso, y por eso estamos encaminando absolutamente todas las prácticas relacionadas con discapacidad al convenio directo con el prestador. De este modo, el prestador le factura a la obra social y la obra social le paga directamente al prestador, sin el intermedio de la familia”.
- cobro de plus médico: “En esto la obra social tiene una conducta y apenas se recibe una denuncia, por más informal que sea, se lo comunica a la entidad que nuclea a ese profesional para que le llame la atención. Los convenios obviamente tienen un sistema de sanciones para quienes incumplen lo convenido, pero quiero hacer una salvedad. Cuando este equipo interviene la obra social, la propia entidad que nucleaba a los profesionales médicos autorizaba el cobro de plus, lo había institucionalizado, enviándole a los médicos la autorización para que a los pacientes de IOSPER se les cobrara un arancel compensatorio. En el caso de la consulta médica duplicamos el valor, se hizo un aumento del 100% del valor de la práctica, y por una decisión expresa del gobernador no se aumentó el co-seguro que sigue estando en 2.500 pesos por la consulta desde julio del año pasado. No hay ningún motivo por el cual un médico deba cobrar un plus, porque hoy están cobrando el valor de una consulta como le paga cualquier empresa de medicina prepaga, y nuestros afiliados tienen que saber que ese medico está incumpliendo con lo pactado”.
- autorización de estudios específicos: “Teníamos un sistema mal llamado de auditoría médica, acá había un sistema de autorizaciones médicas. Cualquier tipo de pedido de estudio era autorizado, validado y estamos luchando fuertemente contra la sobre prestación de servicios. Muchas veces los médicos piden varios estudios, y desde el punto de vista científico y de la auditoría técnica medica no está indicado cierto tipo de estudios hasta que no haya un estudio previo que lo amerite. Antes era una máquina automática de autorizar cualquier tipo de cosas, y hoy se es mucho más cuidadoso, se hace la verificación técnica, la auditoría y todo tipo de estudio tienen que estar nomenclados y convenidos y además tener un fundamento científico. No tiene sentido autorizar un estudio de alta complejidad, si no hay un estudio de baja o mediana complejidad cuyo resultado amerite seguir estudiando más profundamente la dolencia”.
- cobertura de anteojos: “Había anteojos para todos y todas, prácticamente de manera ilimitada, pagando valores exorbitantes, incluso hasta el doble de lo que pagaba Swiss Medical. Por eso la priemra decisión dura y antipática que tuvo que tomar la intervención fue, en un primer momento, porque esto no va a ser definitivo, ajustarse exclusivamente a lo que indica el programa Médico Obligatorio de la Superintendencia de Servicios de Salud, por el cual las obras sociales tienen obligación de cubrir anteojos a menores de 15 años, mayores de 65 o personas con discapacidad. De todos modos, la decisión política que ya está tomada es que, a partir del año que viene, seguramente con una perspectiva económico financiera un poco más favorable se va a restituir la prestación de un anteojo por año por afiliado”.



